Teselas
Emergencia y anamórfosis
Gustavo Bueno esboza la distinción entre anamórfosis y emergencia, dos ideas que tienen que ver con la teoría de la evolución, y que se refieren a formas de explicar las transformaciones de unas estructuras en otras.
Gustavo Bueno, Emergencia y anamórfosis
Tesela nº 27 (Oviedo, 16 de marzo de 2010)
Transcripción GTGB ⋅ t027
Emergencia y anamórfosis
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Vamos a esbozar la distinción entre anamórfosis y emergencia. Son dos ideas muy importantes que tienen que ver totalmente con la teoría de la evolución, de algún modo{1}. Y que se refieren, por tanto, a formas de explicar las transformaciones de unas estructuras en otras. Por tanto, emergencia y anamórfosis van referidas sobre todo a problemas muy conocidos, tradicionales, y seguramente los dos siguientes, los más principales, no los únicos, ni mucho menos.
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En la visión evolutiva del universo, hay dos puntos, después de la teoría del Big Bang de nuestros días, que marcan dos singularidades, de algún modo, en otro sentido distinto de lo que es el Big Bang, a saber, el proceso en el cual la teoría de la evolución, explicada por físicos, comienza por los quarks, los átomos, las moléculas, &c., en el momento en que aparecen las moléculas de la vida, la célula, vamos a poner para simplificar; ése es el primer momento. Y el segundo momento es cuando millones de años después, aparece el hombre. Entonces, ¿qué ocurre o cómo se explica la aparición de la célula en el conjunto de la evolución de los seres inorgánicos, y después la aparición del hombre en el conjunto de los seres orgánicos? Es el paso estos dos puntos que hemos escogido, es el paso de la transformación de la química en biología, por decirlo así, en el caso de la célula. En el segundo caso, la transformación de la biología en antropología, en el caso del hombre.
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Naturalmente, la explicación de estos procesos tiene dos perspectivas constantes e inseparables, es decir, la perspectiva que venimos llamando gnoseológica y la perspectiva ontológica. La anamórfosis y la emergencia son alternativas, tanto metodológicas, o gnoseológicas, para explicar estos problemas, como problemas ontológicos. Y el peligro está, creo, en que la anamórfosis, por ejemplo, se interprete únicamente y originariamente en sentido ontológico, y desconectado del sentido gnoseológico. Los conceptos de emergencia y anamórfosis, por tanto, son posibilidades distintas para enfocar el problema de la transformación de que venimos hablando. Siempre suponiendo que la transformación tiene que ver con la causalidad, que la causalidad la entendemos como una relación que no es biunívoca, donde hay (si recordamos la tesela donde hablábamos de esto) una causa material que llamamos H, un determinante causal que llamamos X y un efecto Y. La cuestión es si Y, el efecto, por decirlo así, procede por anamórfosis o por emergencia de H, y qué tipo de relaciones hay{2}.
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Para abreviar, el concepto de emergencia es, ante todo, un concepto que tiene una posibilidad de ser interpretado de un modo positivo, completamente positivo, aunque inmediatamente se diluye también esta positividad. El ejemplo etimológico de emergencia, de emergere, es la aparición de una estructura que está ya plenamente prefigurada, pero que está velada o cubierta por otra. Es el caso de la emergencia de una ballena del mar o de un delfín, en donde efectivamente en la superficie no se veía nada, pero de repente aparece una ballena. Naturalmente, todo el mundo pensará que esa ballena no ha aparecido por generación espontánea, sino porque ya preexistía, pero que estaba oculta por el mar. Esta es la emergencia positiva, que no tiene absolutamente ninguna dificultad, en principio, para explicar esa aparición en el plano observacional{3}.
5 ❦ 04:30
Ahora bien, esta idea de emergencia positiva hay que ampliarla, a mi juicio, inmediatamente a otras situaciones donde también cabe hablar de prefiguración, si no del todo, sí al menos de sus partes formales, que están ya prefiguradas como tales partes formales, pero que están descoyuntadas, que están dispersas, y por tanto la emergencia positiva viene a ser la recomposición de una totalidad de partes formales que están ya dadas, y por tanto prefiguradas, pero que están dispersas. El ejemplo más inmediato que tenemos a la vista nos lo da la arqueología, en donde en un yacimiento vemos una multiplicidad de fragmentos de arcilla que son partes formales de un jarrón que no aparece, pero que recomponiendo esas partes formales reaparece el jarrón. El jarrón, diríamos, está “disperso”, está prefigurado en aquella disposición de partes formales, pero emerge de la recomposición de ese jarrón.
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Ahora bien, la emergencia positiva se opone, por tanto, ante todo, al reduccionismo. El reduccionismo absoluto de la evolución al modo como lo planteó Spencer, por ejemplo. Reduccionismo que tiende a ir transformando las partes que trata de explicar, los efectos diríamos, de otras causas que vienen dadas de antemano, y llegamos a la transformación idéntica, en donde las partes elementales, por ejemplo, las moléculas, o los quarks, estarían dadas en el principio (in illo tempore), de forma que todo lo demás no son más que recomposiciones de esos átomos. Es el problema del reduccionismo radical en el sentido común del término.
7 ❦ 06:25
El concepto de anamórfosis está precisamente introducido para tratar de dar cuenta, de cómo hay situaciones en donde ni se puede aplicar el modelo de la emergencia positiva –directa o indirecta–, ni tampoco el modelo de reduccionismo, porque no cabe hablar de reduccionismo sin atentar contra el principio de causalidad, y sobre todo sin incorporar la idea de creación. Porque la emergencia (en el sentido como la utilizaron Alexander, o el propio Bergson con su concepto de evolución creadora), de algún modo, supone la emergencia a lo largo de la evolución de formas nuevas, creadas (evolución creadora), que implica la idea de creación. Suponemos que la idea de creación es absurda, es imposible de admitir, incluso aunque sea aplicada por algunos físicos, y por tanto la anamórfosis es la metodología que consiste en, ante ciertas situaciones, suponer que la causa material, el H éste, a partir del cual intentamos deducir, o sacar, o extraer el efecto, no agota la propia realidad de la que se extrae. Es decir, que la propia realidad de esa llamada causa material no se agota en las categorías según las cuales es formulada, sino que tiene algo más que, aunque sea indeterminable prácticamente, sin embargo hay que presuponer para evitar la idea de creación.
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Y entonces la anamórfosis se transforma, o consiste sobre todo en una metodología apagógica para frenar la emergencia positiva, para suponer que están las formas ya dadas predeterminadamente, como por ejemplo en la explicación de la preformación dentro de la biología. Sino que la anamórfosis es una metodología que intenta regresar, por así decir, a la llamada causa material, para suponer que en ella hay una serie de realidades más o menos acaso informulables, pero que en absoluto nos sirven más que para frenar la Idea de Creación.
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{1} Véase: Gustavo Bueno, “Los límites de la evolución en el ámbito de la Scala Naturae”. Conferencia de clausura del Congreso Internacional sobre Evolucionismo y Racionalismo, Universidad de Zaragoza, 8-10 de septiembre de 1997. Publicada en Evolucionismo y Racionalismo (eds.: E. Molina & A. Carreras & J. Puertas), Institución Fernando el Católico & Universidad de Zaragoza, Zaragoza 1998, páginas 49-87.
{2} Gustavo Bueno: “En torno a la doctrina filosófica de la causalidad”, en La filosofía de Gustavo Bueno, Editorial Complutense, Madrid 1992, págs. 207-227. Actas del Congreso sobre la filosofía de Gustavo Bueno, organizado por la revista Meta en enero de 1989, en la Universidad Complutense.
{3} Para los conceptos de anamórfosis y emergencia, véase: Gustavo Bueno: “Anamórfosis”, en Teoría del Cierre Categorial, Tomo 5 (Glosario), págs. 159-171. Pentalfa Ediciones, Oviedo 1993.
✉ GTGB
• Emergencia (Diccionario filosófico)
• Anamórfosis (Diccionario filosófico)