Teselas
Conceptos conjugados
Gustavo Bueno presenta la noción de conceptos conjugados, que se expuso por vez primera en el primer número de la revista El Basilisco, en 1978.
Gustavo Bueno, Conceptos conjugados
Tesela nº 23 (Oviedo, 3 de marzo de 2010)
Transcripción GTGB ⋅ t023
Conceptos conjugados
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Vamos a hablar hoy de los “conceptos conjugados”.
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La expresión conceptos conjugados la pusimos en circulación en el año 1978, es decir, en el número 1 de El Basilisco. Era un esbozo que habría que haberlo reformado, pero vamos, lo esencial estaba dicho allí. Luego ha tenido muchas aplicaciones y desarrollos, pero en fin, lo esencial es esto. Conceptos conjugados era el nombre de un conjunto concreto, empírico, de pares de conceptos entre los cuales había relaciones muy anómalas o distintas de las comunes, tales como contrarios, contradictorios, correlativos. Es decir, eran pares de conceptos que van asociados ordinariamente, pues por ejemplo, espacio / tiempo, alma / cuerpo, reposo / movimiento, cosas de ese tipo, que son pares de conceptos entre los cuales no hay propiamente, o no se resuelven propiamente relaciones de contradicción, ni de contrariedad, ni de correlatividad, ni de causalidad. Es decir, son relaciones especiales, y por eso creíamos importante el englobarlas bajo la denominación de conceptos conjugados.
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Estos conceptos conjugados, además, estaban pensados como un instrumento histórico para reexponer la historia de muchos conceptos que, en cuanto conjugados, habrían pasado por una serie de alternativas que son más o menos coincidentes en todos ellos. Primero, estos conceptos conjugados, vamos a llamarles A y B, habrían pasado por una fase en donde A y B se resuelven en un tercero C. O bien en donde A y B se funden en un tercero C. O bien en donde A se reduce a B, o B se reduce a A. Todas estas distintas fases se podrían documentar históricamente en cada concepto; por tanto, el “campo de verificación”, por así decir, serían los textos de los clásicos, el propio lenguaje ordinario, textos científicos, &c. Y después, cuando esta serie de distintas alternativas se habrían agotado, entraban los conceptos conjugados, cuya unidad más o menos la haríamos consistir en lo siguiente. El concepto A se dividiría en partes más o menos homogéneas (A1, A2, A3, A4, A5, A6,…), y estas partes homogéneas en las que se divide el concepto A, estarían entre sí vinculadas de algún modo por el concepto B. De manera que entonces el concepto B quedaba como intercalado entre las partes del concepto A, y de ahí resultaría este peculiar apareamiento de los conceptos conjugados, resultante, claro, de una especie de “sustantivación” de esas relaciones diaméricas entre las partes de A, para sustantivarlas, hipostasiarlas y convertirlas en relaciones metaméricas. Ésta es la esencia de asunto.
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Vamos a poner unos ejemplos para que se muestre el alcance de esta idea. El más evidente puede ser el par reposo / movimiento. El reposo y el movimiento son dos conceptos tradicionales en Física, en Filosofía natural, en multitud de situaciones; dos conceptos que aparecen siempre unidos, y que no se sabe muy bien por qué. ¿Son conceptos contrarios? Pues no, propiamente es muy difícil que sean contrarios o contradictorios, porque, sí, uno es negación del otro, pero no es suficiente, porque los conceptos contradictorios no se pueden unir más que por yuxtaposición. Es que, es de hecho lo que se hace la mayor parte de las veces, la yuxtaposición de los conceptos mediante la “y” copulativa; reposo y movimiento, alma y cuerpo, &c. Esta yuxtaposición es, a todas luces, muy externa; ni siquiera hay relaciones de contradicción o contrariedad, &c.
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Y entonces, en el caso del reposo y el movimiento, como conceptos conjugados, la situación se analizaría de este modo. Primero, yuxtaposición (lo que hemos dicho), reposo y movimiento, que naturalmente es una fase que está funcionando continuamente, que aparece en mil situaciones. Pues, por ejemplo, cuando se dice que la materia está en reposo, cuando Dios crea la materia está en reposo, y entonces Dios le comunica el movimiento –el caso cartesiano–. Le comunica una cantidad de movimiento, la “chiquenaude” que decía Pascal, el “papirotazo”, y entonces recibe una cantidad de movimiento que está yuxtapuesto a la materia en reposo; y lo mismo ocurre con materia y energía, &c.
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Habría otra situación en donde el movimiento se reduce al reposo, puesto que el movimiento en el fondo es una apariencia y lo único que hay es reposo; es la tesis que estaría documentada por las aporías de Zenón de Elea, por ejemplo{1}. O bien, la inversa, que el reposo es una apariencia del movimiento, porque todo está en movimiento y el reposo es simplemente una apariencia del movimiento, y así sucesivamente. Total, que en cuanto conceptos conjugados la situación nos llevaría más o menos a lo que se llama el “principio de relatividad de Galileo”. Es decir, si suponemos una serie de movimientos inerciales de varios cuerpos que se mueven inercialmente, paralelamente, y dividimos cada una de estas trayectorias paralelas en partes (A1, A2, A3, A4,…), las perpendiculares que pasan por estas divisiones definen el reposo. Entonces, el reposo es sencillamente la relación entre dos movimientos inerciales paralelos.
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Lo mismo ocurriría con alma y cuerpo, el concepto de alma y cuerpo, pues lo mismo, o bien se yuxtaponen. O bien se funden en un tercero, el “mediador plástico” famoso. O bien se reduce el alma al cuerpo (el cuerpo es simplemente un instrumento del alma, o no existe). O bien el alma está dentro del cuerpo, &c., o el cuerpo es un pensamiento del alma. Desde el punto de vista de la conjugación de conceptos, quizá la fuente más importante para documentarlo sería el Fedón de Platón, cuando hablan Simmias y Cebes, y cuando dice Simmias, más o menos, que el alma no es más que la relación entre las partes del cuerpo; el cuerpo es múltiple, no es una sustancia única, está compuesto de muchas partes, y la relación entre ellas es el alma. Y así sucesivamente.
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{1} Véase: Gustavo Bueno, La metafísica presocrática, Pentalfa Ediciones, Oviedo 1974, Capítulo tercero, págs. 171-279.
✉ GTGB
• Conceptos conjugados (El Basilisco, 1978, facsímil)
• Conceptos conjugados (El Basilisco, 1978, texto)
• Conceptos conjugados (Diccionario filosófico)