Teselas
Conceptos e Ideas
Gustavo Bueno expone brevemente la distinción entre Conceptos e Ideas que se hace desde el materialismo filosófico, como dos escalas distintas dentro del pensamiento. Los conceptos estarían definidos dentro de campos finitos, limitados, sectoriales, tecnológicos o científicos; mientras que las ideas, pero no proceden ni del Cielo ni de la Conciencia pura, sino que son posteriores a los conceptos, desbordan los campos precisos en los que estos se mueven, y resultan precisamente de establecer conexiones entre conceptos distintos pero relacionados. Así como los geómetras se dedican a analizar conceptos geométricos, la filosofía como disciplina se ocupa de analizar las Ideas.
Gustavo Bueno, Conceptos e Ideas
Tesela nº 9 (Oviedo, 18 de diciembre de 2009)
Transcripción GTGB ⋅ t009
Conceptos e Ideas
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Vamos a hablar de la distinción Ideas y Conceptos. Esta distinción podría considerarse como dada dentro de lo que comúnmente se llama pensamiento. El pensamiento tendría dos escalas diferentes, que corresponderían a los conceptos y a las ideas. Claro, me refiero al pensamiento no solamente subjetivo, en el sentido del cogito cartesiano “yo pienso”, sino a los pensamientos objetivos, a los cogitata, por ejemplo, los Pensamientos de Pascal, o cualquier otro tipo de pensamientos que están objetivados, que están institucionalizados de algún modo.
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Naturalmente, estos pensamientos estarían compuestos, según esto, de estas unidades que son más o menos convencionales, por supuesto, y que pueden tomarse aisladas (por ejemplo, la Idea de Dios), o bien a veces estarían por pares (la Idea de Materia y Forma, pongamos por caso), o por tríos (la Idea de los Tres Géneros de Materialidad). La cuestión quizá es que la distinción entre Ideas y Pensamientos no debe confundirse, en todo caso, con otras distinciones muy comunes, como puedan ser pensamientos fáciles, conceptos, o primarios; y pensamientos más difíciles, o más complejos. Hoy día, por cierto, como todo el mundo habrá observado, la palabra “difícil” ha desaparecido y en su lugar se utiliza la palabra “complejo”. Se dice, esto es complejo, como si lo complejo tuviera que ser siempre difícil, cuando a veces lo difícil es lo simple.
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La distinción entre Ideas y Conceptos es una distinción central en el materialismo filosófico, pero naturalmente tiene sus precedentes, o mejor dicho, podemos encontrar en la tradición distinciones similares que se podrían reinterpretar en términos de Conceptos e Ideas. Por ejemplo, en el platonismo, en el famoso pasaje de La República (Libro VI), donde expone esa famosa línea, la segunda parte de la línea distingue Platón entre la dianoia y la noesis o episteme. La dianoia vienen a ser los conceptos de los pensamientos astronómicos que proceden por hipótesis, y la [noesis] serían las Ideas. Por cierto, Platón es quizá el primero del que tenemos noticia que ha intentado elaborar continuamente listas de ideas; la más famosa es la famosa lista de El Sofista, o de El Filebo, de las cinco ideas famosas que no tenemos aquí tiempo de explicar (el Ser, el Todo, lo Mismo, la Nada, el Movimiento, el Reposo, &c.).
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También podríamos considerar como correspondiente a la distinción conceptos e ideas a la famosa distinción del escolasticismo aristotélico entre ideas categoriales, ideas de las categorías (los géneros, las especies, &c.); y las ideas trascendentales, que desbordan las categorías. Es una distinción que tiene mucho que ver con la que estamos exponiendo.
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Por supuesto, también habría que acordarnos aquí de la famosa distinción de Kant entre conceptos e ideas, precisamente (Begriffe e Ideen, que es como los llamó él). Es decir, los conceptos del Entendimiento, dice él, y las ideas de la Razón. Las tres Ideas con mayúscula que él da, bueno con mayúscula no sólo en alemán, sino que son ideas mayúsculas, quiero decir; las ideas de Dios, de Alma y de Mundo.
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En resumen, la distinción entre ideas y conceptos es una distinción del materialismo filosófico, pero que tiene amplias correspondencias con distinciones tradicionales; y que no es, por tanto, una distinción gratuita o episódica, una mera ocurrencia.
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¿Cómo establecer esta distinción? Seguramente un modo de establecerla podría ser éste. Los conceptos estarían definidos dentro de campos más o menos definidos, finitos, limitados, sectoriales. Campos que podrían ser tecnológicos o que podrían ser científicos, geométricos, por ejemplo. En los campos tecnológicos, tanto si son mitológicos como si no lo son, hay conceptos muy bien definidos. Pues por ejemplo, hay conceptos en geometría, hay conceptos en fontanería, conceptos muy precisos. Hay conceptos incluso en tradiciones o en instituciones de carácter mitológico, la suovetaurilia donde se define perfectamente lo que es el buey, el cerdo, la oveja, &c.; el recinto sobre el que tienen que circular los sacerdotes, &c. Son conceptos definidos en campos muy precisos, en donde se vinculan unos a otros por unidades, por parejas, &c.
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Y las Ideas pues más o menos desbordan estos campos, y coordinan o establecen relaciones entre esos Conceptos, y son, por tanto, podríamos decir, de segundo orden. Son, de algún, modo reflexivos con respecto a los primeros (con reflexión objetiva, es decir, Ideas que resultan de establecer conexiones entre conceptos). Porque suponemos que las Ideas no vienen del cielo (un cielo platónico o un cielo divino), ni tampoco vienen de la conciencia pura, sino que vienen de los Conceptos precisamente. Esto es una tesis fundamental del materialismo. La Idea de Estructura, por ejemplo, aparece tanto en la Gramática como en la Cristalografía, como en la Sociología, como en la Lingüística, &c.
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Las Ideas, entonces, son de segundo grado, y por eso esta distinción entre Conceptos e Ideas la hemos utilizado en el materialismo muchas veces para establecer las relaciones, precisamente, entre las ciencias positivas o las técnicas y la filosofía. Evitando así las definiciones de filosofía tradicionales, como pueda serlo la definición de filosofía como “investigación de las primeras causas”, o bien “ciencia de los primeros principios”, porque todas estas definiciones son más bien desiderativas que reales. En cambio, la filosofía como disciplina que se ocupa de las ideas es una definición muy precisa para distinguir, desde el punto de vista institucional, cuál es la dedicación a que se dedican los filósofos. Diríamos rápidamente, así como los geómetras se dedican a analizar conceptos geométricos (triángulo, hiperesfera, hipercubo, &c.), así la filosofía se dedica a analizar Ideas y a hacer, si fuera posible, una geometría de las ideas.
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Por último, las ideas no solamente tienen esta acepción que estamos aquí tratando de definir, sino sobre todo cuando son ideas prácticas, ideas que están orientadas a realizar algún proyecto, son lo que suelen llamarse ideas-fuerza (como las llamó Fouillée) o ideales, aunque son siempre muy confusos (tal como pueda ser la Idea de Libertad, la Idea de Igualdad, &c.). Que son ideas, pero con orientación esencialmente práctica; sin embargo, no por ello dejan de ser filosóficas.
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