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La Voz de Asturias
Viernes, 15 de febrero de 2002
Cultura y espectáculos
página 69

PRESENTACION DE 'TELEBASURA Y DEMOCRACIA'
Gustavo Bueno: «Los profesores forman una casta repugnante»
El filósofo asturiano reivindica la televisión como objeto de reflexión y estudio

Gustavo Bueno e Iván Armesto
Gustavo Bueno y Iván Armesto, ayer en Oviedo
Foto: Fernando Robles

Marta Barbón / Oviedo

Gustavo Bueno presentó ayer en Oviedo su último libro, Telebasura y democracia (Ediciones B). El filósofo asturiano defendió de nuevo a programas como Gran Hermano , en el que «se podía ver la convivencia obscena de unos jóvenes; obscena, pero no basura» en contraposición a espacios que forman parte de la mala programación televisiva.

Bueno estuvo acompañado por el gijonés Iván Armesto, finalista de la primera edición de Gran Hermano. El concursante, que dijo formar parte de esa televisión basura, se mostró entusiasmado por el nuevo libro del filósofo. «Me ha alucinado –explicó–. Pensé que no iba a poder con el lenguaje porque no era fácil para mí.» Algunos capítulos tuvo que leerlos un par de veces, pero la obra le sorprendió por el «análisis profundo» que hacía de algo que conoce bien.

Armesto presentó a Bueno «por amistad». Dejó claro que no pertenecía al grupo de intelectuales que analiza todo cuanto le rodea. «Es mejor ser inteligente que intelectual, y yo creo que puedo hablar sin soberbia de la televisión», espetó.

El filósofo agradeció la presencia del popular gran hermano y dijo preferir que actos como el de ayer lo presenten personas no vinculadas a la enseñanza porque, aseveró, «estoy harto de profesores; es una casta repugnante». Y puso de ejemplo la reciente gira de conferencias que ha dado en Murcia y Albacete, donde encontró en profesionales de distintas ramas «un conocimiento de la realidad» superior al de los universitarios.

Para Bueno, «la sabiduría que sale de las universidades es sólo aparente» porque, puntualizó, quienes se instruyen en el área de humanidades «están desconectados del análisis de las cosas concretas».

LA TELEVISION. El catedrático emérito de la Universidad de Oviedo reivindicó el interés que la televisión tiene para un filósofo como objeto de reflexión y estudio. «Lo raro es que no se ocupase de ella», subrayó, porque el filósofo, «como Platón», tiene que estar interesado en las cosas de su tiempo.

Bueno vio un televisor por primera vez cuando tenía treinta y tantos años. Asegura ahora, unas cuantas décadas después, estar preparado para analizar los problemas que tiene «ese invento sorprendente».

Y lo hace convencido. Telebasura y democracia es el segundo libro que escribe sobre el medio; el primero fue Televisión, apariencia y verdad. Le gusta reflexionar sobre «la caja tonta», como llamaban al invento sus compañeros en la Universidad. Y contó que cuando participaba en Tribunal popular, le decían que perdía el tiempo. El no se quedaba callado: «Y cuántos teoremas habéis inventado vosotros?» La respuesta, al parecer, siempre le satisfacía.

 


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