Proyecto Filosofía en español Hemeroteca
La Nueva España
Viernes, 15 de marzo de 2002
Deportes Un derbi de lo más decisivo
Sporting-Oviedo, página 68

Los equipos de fútbol representan a las ciudades. Así lo ve el filósofo asturiano Gustavo Bueno y así analiza el derbi del próximo domingo: las ciudades se imponen a la comunidad autónoma; si Asturias fuese lo verdaderamente importante, el Sporting se dejaría ganar por el Oviedo, mejor clasificado, para que los azules pudiesen saltar a Primera. Pero no, lo que cuenta en el fútbol son las ciudades y por eso el domingo se jugará a tope. Bueno considera en esa misma línea que no tiene sentido plantearse la creación de un Club Asturias. Asimismo, afirma que España, borrada de tantas manifestaciones públicas, reaparece en el fútbol con la selección, el himno nacional y la habitual presencia del jefe del Estado.

Gustavo Bueno:
«El Sporting debería dejarse ganar»
El filósofo considera que la pasión desatada por el encuentro demuestra que Asturias es sólo una superestructura, mientras que la estructura, lo que de verdad cuenta, son Oviedo y Gijón

Gustavo Bueno
Gustavo Bueno, durante el derbi de junio de 1997
celebrado en el Tartiere.

Oviedo, Javier Neira

«El derbi es la expresión de una situación comprometida», indica el filósofo Gustavo Bueno, que ya en la confrontación entre el Oviedo y el Sporting del 22 de junio de 1997 –con los carbayones con el agua al cuello– asistió al partido y lo comentó para LA NUEVA ESPAÑA desde una perspectiva filosófica, claro, aunque sin desdeñar detalles concretos de los lances del juego.

Una situación comprometida «porque no sólo se disputa un partido entre los equipos de las dos principales ciudades asturianas, sino porque también está en juego lo que entendemos por Asturias e incluso lo que entendemos por España», indica Bueno en vísperas del derbi. El fútbol tiene una gran importancia, de eso no hay duda, y el domingo se compromete el futuro de Asturias, de manera que como los dos no pueden ganar lo que interesa es que al menos uno vaya para arriba. El empate no es aconsejable. Lo ideal entonces es que gane uno, y tal y como están las cosas lo ideal es que el Sporting deje ganar al Oviedo. Que se distraiga, que no entre en el partido».

El análisis de Bueno parte, al menos retóricamente, de la existencia de Asturias y de la existencia de unos intereses asturianos comunes y por encima de todo. «Pero no es así. Por eso no se van a dejar ganar. No es Asturias lo que se la juega el domingo, sino cada equipo por separado. No es cierta la supuesta unión por Asturias. No va a suceder lo que ocurrió en San Sebastián el año pasado. Si el Sporting se distrae o se fatiga más de lo debido, el Oviedo podría ganar por 6 a 0. Si Asturias fuese el motor de todo, sucedería eso, pero no va a ser así».

El filósofo sostiene que lo que cuenta en el fútbol son las ciudades. «Se reclama la existencia de un club asturiano, de un club astur por fusión del Oviedo y del Sporting y eventualmente de otros equipos. Pero eso es imposible, ya que el fútbol es algo que depende de las ciudades. No cuentan las razas ni otras entidades, no cabe un partido importante entre el equipo de CC OO y el de UGT. En cuanto a las razas sólo hay un equipo con esa significación, es el Celta. Pero es el Celta de Vigo, no se olvide, y al añadir Vigo se cambia completamente el sentido de la apelación a la raza. Y no cabe un Celta de Asturias ni hay un Layetano de Barcelona ni un Arévaco de Valladolid».

Bueno considera que el fútbol mide el prestigio de las ciudades. «Es como el euro, un elemento de medida. Una ciudad es actualmente de primera si tiene un equipo de Primera. El fútbol se ha convertido de esa manera en la única medida prácticamente de los niveles de las ciudades. También se tienen en cuenta otros parámetros como la calidad de vida, por ejemplo, pero no sirve para clasificar con la precisión que logra el fútbol, unas subiendo, otras bajando, con puntuaciones y medidas precisas. Hace muchos años cuando vi en París el patrón del metro, en una vitrina, me asombró que lo tratasen como un objeto de culto. Pero es que es así, sirve para medir, para diferenciar y discriminar; a partir de ese patrón la humanidad se puede dividir en altos y enanos. Lo habitual es que después de las medidas se busquen las causas. Se constata que una ciudad está en primera por el equipo y después se indaga para saber por qué es así. En esa línea se puede decir que como en el fútbol cuenta tanto el dinero es el índice de la riqueza de una ciudad que a su vez mide su importancia».

La relación entre el fútbol y las ciudades lleva a Gustavo Bueno a recordar que «la ciudad es una invención mediterránea, mientras que en otros sitios de Europa andaban aún subidos a los árboles. Y después de Roma las ciudades pasan a España. Por eso aquí el fútbol es tan importante. La ciudad tiene su dialéctica propia como la tiene la familia. El equipo es el símbolo de la polis. El derbi es la demostración de que Asturias es sólo una superestructura, mientras que Oviedo y Gijón son las estructuras asturianas».

«España sólo se ve en el fútbol»

Oviedo, J. N.

Bueno considera importante analizar algunos dichos habituales del deporte que no tienen mucho sentido. «Por ejemplo, cuando se dice que gane el mejor, se está afirmando algo absurdo, que no tiene sentido, porque el mejor es el que gana. Se dice mucho en encuentros como el del domingo para eludir una respuesta concreta, pero lo importante es destacar que no tiene sentido, que es al revés. En un relato de Eugenio D’Ors un personaje armonista, que quiere que todo el mundo se lleve bien, entra en el Casino, donde hay varias mesas en las que se está jugando al ajedrez, y exclama: "Qué, todos ganando, ¿verdad?". Es el mismo absurdo, ya que o gana uno o gana otro, como en el derbi. No vale decir eso como tampoco vale decir que gane el mejor, porque el mejor sólo es el mejor si gana».

El filósofo asturiano insiste en que la estructura de la ciudad es más fuerte que la superestructura de la autonomía, y en cuanto al Estado, en relación con el fútbol, señala que es el ámbito de la competición, es el ámbito de la Liga de fútbol. De esa forma la competición subraya y alimenta la misma existencia del Estado y se convierte en la actualidad en una de las escasas manifestación públicas de la existencia del Estado. «En los partidos se cantan los himnos de la naciones, asiste el jefe del Estado que preside el encuentro, en el caso de España si la selección gana van después a visitar a la Virgen del Pilar. Es algo muy serio. España sólo se ve prácticamente en el fútbol, se borra en casi todo, pero reaparece en la competición futbolística».

 

La Nueva España
Sábado, 16 de marzo de 2002
Deportes Un derbi de lo más decisivo
Sporting-Oviedo, página 59

Las palabras vuelven a convulsionar a la afición sportinguista en los prolegómenos del derbi del domingo. Apenas repuestos de los ecos del «Acebal no manda un pijo» que conmocionó el patio rojiblanco hace unos días por boca de Igor Lediakhov, el filósofo Gustavo Bueno saltaba ayer al césped regional para dejar en el aire una recomendación quizá muy filosófica y argumentada, pero que ha sentado en la villa de Jovellanos como una carga de profundidad: «El Sporting debería dejarse ganar». Varias personalidades de la vida política, social y cultural gijonesa ofrecen una réplica personal a los razonamientos del pensador riojano afincado en Asturias con un claro estribillo común: el Sporting debería ganar.

Gijón, 7 ; Bueno, 0
Personalidades de la vida gijonesa replican a las polémicas declaraciones del filósofo, en las que recomendaba al Sporting dejarse ganar el derbi, alentando al club rojiblanco a la victoria

Gijón, A. Mier / J. C. Gea / J. Farrás

De todos los consultados, el más directamente vinculado con el mundo del fútbol fue también el más lacónico. Quizá por eso. Manuel Vega-Arango, consejero del Sporting de Gijón, prefirió guardar silencio y no añadir leña verbal a primer derbi del año. «Lo que yo quiero es que gane el Sporting porque lo necesita para la clasificación», se limitó a decir el ex-presidente y ex-jugador sportinguista.

Fran Martínez, miembro del grupo musical «Australian Blonde», fue bastante más beligerante. El compositor, guitarrista, cantante y sentido aficionado rojiblanco hacía ayer la siguiente reflexión sobre las consideraciones del padre del «cierre categorial». «La infraestructura de Gustavo Bueno es que gane el Oviedo de Gabino y salir en los medios lo más posible. La superestructura es buscar una justificación verbal para ello y, como buen escolástico, cuanto más peregrina, mejor».

Jesús Montes considera que «una persona de la talla de Gustavo Bueno debería dejarse de "filosofar" de aspectos como la telebasura, Gran Hermano o en este caso el fútbol, y tiene que estar a otras cosas más fundamentales, porque estas declaraciones no reportan nada y dice bien poco de él que busque estar siempre en el candelero». El edil afirma que «debe ganar el mejor, pero el mejor tiene que ser el Sporting».

«Ni por ayuda», así de contundente se muestra Arturo Muñiz, que se proclama fanático del equipo gijonés, a la hora de manifestar su contrariedad a las declaraciones de Gustavo Bueno. «Hay que ayudar al equipo siempre, en los momentos fáciles y en los momentos difíciles y el equipo siempre tiene que intentar ganar, si no sería una decepción para el colectivo y se deben a la afición. Por señoría, por deportividad y por honradez hay que intentar ganar siempre. Esas declaraciones de Gustavo Bueno me parecen hasta un absurdo». Incluso cuando dejarse perder supusiese salvar la deuda que el equipo tiene pendiente, Arturo Muñiz se ratifica en su postura. «La gente miraría a Gijón como algo indigno, porque el equipo es un símbolo de la ciudad y yo estoy orgullosísimo de ser rojiblanco y no me gustaría que pasara eso». Como muestra de ello el hostelero gijonés decorará su establecimiento en apoyo a su equipo. «Hay que dar ambiente para apoyar».

La portavoz municipal del PP, Alicia Fernández-Armayor, considera por su parte que lo que suceda en El Molinón debe depender exclusivamente del juego de ambos equipos. «Yo creo que el domingo habría que dejarlo todo a la deportividad. Sobre las declaraciones de Bueno, se me viene a la cabeza aquello de zapatero a tus zapatos, como se suele decir, pero estamos en un país libre y cualquiera puede opinar. Pero, en fin, si te soy sincera, yo quiero que gane el Sporting».

José María Díaz Bardales, titular de la parroquia de Fátima, no se resistió al juego de palabras: «Creo que Bueno tenía un mal día». El sacerdote considera que el filósofo se excedió en sus declaraciones. «Me parece que se ha pasado demasiado en su consejo. Y espero que el Sporting gane por 1-0, aunque no será fácil lograr el triunfo ansiado».

«Yo creo que estas declaraciones no tratan de fútbol en absoluto. Son un pretexto en el que Bueno se apoya para hablar de nacionalismo y de sus cosas y para polemizar», reflexionaba el artista Francisco Fresno, que cree que al filósofo «le gusta tanto entrar en la tele como salir en ella».

Bueno, vale

J. C. Gea

Antes, con levantar un sistema filosófico te asegurabas un busto en el panteón de los perdurables. Ahora nadie quiere un bronce en museos sin visitantes. El ávido de fama aspira a un busto de papel y a un titular en cuerpo decente. Y desde luego, el peor medio para ello es edificar sistemas filosóficos. Si para que Hegel sentase plaza en el empíreo su sabia lechuza tenía que alzar el vuelo al anochecer y digerir la propia época en conceptos desde las postrimerías de la historia, ahí es nada, ahora basta con poner a tu lechuza a ver la tele a cualquier hora y llevarla al derbi a que teorice. Eres tan dueño de llamar a eso «filosofía» como de llamar «fama» a la superficie de una foto a cuatro columnas. ¿Quieres que lo creamos así? Bueno, vale.

 

La Nueva España
Domingo, 17 de marzo de 2002
Deportes Un derbi de lo más decisivo
Sporting-Oviedo, página 55

Respuesta a mis críticos

Bueno, 7 ; críticos, 0
Gustavo Bueno

Siete gijoneses han respondido a unas declaraciones mías. Están en su derecho, pero deben saber que yo también estoy en mi derecho de hacer lo mismo. Y de responder, sobre todo, a unas críticas que pueden caracterizarse por una «agresividad democrática» que raya en el insulto. Mis respuestas se moverán en dos terrenos: el objetivo, que tiene que ver con el derbi, y el subjetivo, donde mis críticos hacen «psicoanálisis de brocha gorda» («quiere salir en la tele»). Me da vergüenza ajena.

Por lo que se refiere al terreno objetivo, hay que suponer en general que mis críticos sólo han leído el titular («el Sporting debería dejarse ganar»), porque no cabe suponer un desarrollo mental tan infantil que sea incapaz de distinguir una proposición categórica («el Sporting debe dejarse ganar») de una proposición condicional: «Si fuese el triunfo de Asturias –el ¡puxa, Asturias!– lo que moviera a los dos equipos, el Sporting debería dejarse ganar». De esta proposición condicional se sigue, por contraposición lógico-formal, que «como el Sporting no puede dejarse ganar, entonces no es el triunfo de Asturias en la tabla lo que se ventila en el derbi ni en la Liga». Por ello Asturias, en este contexto de la Liga (no en otros, por supuesto) es una superestructura. Y éstas no son frases, sino encadenamientos conceptuales tan fuertes como los que se producen en una cadena con eslabones de acero. Son los eslabones propios con los que trabaja quien es considerado como filósofo: éstos son sus zapatos. ¿O es que la señora concejala popular ignora que la filosofía no consiste en fabricar zapatos propios, sino en realizar los zapatos reales desde un punto de vista más abstracto? ¿O es que la señora concejala popular –cuya inteligencia es, sin duda, muy superior a la de aquella señora a la que Víctor Hugo se refería diciendo: «Tiene la blancura de la estupidez sin la menor mancha de inteligencia»– cree que no son zapatos propios de la filosofía política los análisis de las contradicciones dialécticas entre ciudades, autonomías, Estado, que se manifiestan en situaciones al parecer tan inocentes políticamente como pueda serlo un derbi? Y el derbi no es para mí un pretexto. Es que en él están implicadas todas las cosas que yo digo y muchas más: en las cosas más humildes se encuentran, si sabemos buscarlas, las ideas más profundas. La vulgaridad de estos críticos les impide, además, advertir toda la ironía que hay en estas argumentaciones.

Por lo que respecta al «psicoanálisis de brocha gorda», ¿qué tiene que ver el supuesto interés mío en salir en la tele con lo que se debate? La ingenuidad de estos críticos llega a su límite. ¿No advierten mis críticos que si uno sale en la tele, al margen de su deseo, es porque lo llaman? ¿No será que estos críticos y críticas, a los que no llaman para salir en la tele, se conforman con suponer que sólo sale el que desea salir?

 

La Nueva España
Domingo, 17 de marzo de 2002
la tira y afloja
página 2


—¡¡¡Y Esteban hace un cierre categorial en la portería del imperial Oviedo
parando el disparo estructuraaaaalllll de Villaaaaaa!!!
—¡Campomanes, Campomanes, Centenario y a por todas!
—... y pasamos la conexión a nuestro compañero Iván Armesto...
—... efectivamente, perdón Gustavo...
[La pancarta: «Peña sportinguista Juan Cueto»]
[La publicidad: «Instituto Cervantes» «Academia Sócrates»]
Dibujo: Pablo García / Guión: Rogelio Román
 
El derbi del domingo 17 de marzo de 2002 entre el Oviedo y el Sporting se resolvió con un empate a cero goles. Tras esa jornada, la 32 de la segunda división, el Oviedo quedó clasificado en 5º lugar y el Sporting el 10º
–ascenderán a primera división los tres primeros clasificados–.
 

La Nueva España
Lunes, 18 de marzo de 2002
Edición Gijón
Deportes

¿Es Rodado buenista?

J. C. Gea

Hipótesis A: «Rodado confundió la proposición condicional "si Asturias fuese una estructura en la Liga, el Sporting debería dejarse ganar" con la categórica "el Sporting debe dejarse ganar", y como no se dejaba decidió intervenir». Hipótesis B: «Rodado, haciendo psicoanálisis de brocha gorda, tomó los supuestos lógico-formales de los análisis de G. Bueno por los deseos íntimos, pero categóricos, de G. Bueno». Deducción: «Para Rodado, Asturias debería ser una estructura en la Liga». Deducción alternativa: «Rodado es buenista irreflexivo de los que da por bueno todo lo que dice Bueno sin más análisis lógico-formal, y quiere complacer al maestro». Proposición categórica: «Rodado anuló un gol legítimo al Sporting».

 


Fundación Gustavo Bueno
www.fgbueno.es