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Interviú
nº 1313, 25 de junio de 2001
Gran Hermano | «El ojo clínico»
página 13

Fran
Gustavo Bueno
 

Gustavo Bueno

Los cien días de Gran Hermano se acaban. Desde el interior, desde la «intimidad» de la Casa de Guadalix de la Sierra y a lo largo de estos lentos días, se han ido ofreciendo regularmente a la audiencia, a un audiencia, por cierto, en constante cuarto creciente, nombres y nombres, exponiéndolos a la ceremonia de la expulsión. Uno de los nombres que, desde el principio, y con mayor insistencia fue propuesto desde el interior como expulsable fue el de Francisco. Pero la audiencia desestimó una y otra vez las propuestas del interior y hasta los propios «hermanos» empezaron a darse cuenta que el nominado, por antonomasia, era incombustible.

¿A qué se debe esta discordancia tan profunda entre el interior y el exterior? Acaso los del interior intuyeron desde el principio que Fran era muy peligroso y buscaron desembarazarse de él cuanto antes. Acaso lo nominaron a veces casi unánimemente, porque veían en él a un «cuerpo extraño», a un individuo de otro lugar y de otra generación, que no engranaba con las referencias convencionales de un grupo de jóvenes del día, en opiniones, fetiches, canciones, chistes, lenguajes semicheli, a un individuo que se había equivocado de puerta (pero esto mismo le ocurría a Mari y, sin embargo, el comportamiento del grupo ante ella fue muy diferente).

Acaso confluyeron los dos tipos de causas, lo que equivaldría a decir que los internos barruntaban también de algún modo los criterios con los que se regula la audiencia para decidir sus «decretos» de expulsión.

Y, en todo caso, lo que probablemente descolocó ante Fran a los hermanos era el hecho de que la distancia objetiva en la que efectivamente Fran aparecía situado, no representaba para él motivo de algún complejo de inferioridad que tratase de compensar con conductas de índole servicial. Esta fue la salida que pudo aprovechar Mari gracias a sus buenas artes de ama de casa. Pero Fran, «el marqués», como le llamaba Mari no siguió este camino. Mantuvo sus posiciones, durmió el tiempo que le apeteció pero tampoco se cerró en posiciones de aislamiento suicida. Se mantuvo siempre distante, pero no aislado. No rehuyó trabajos, tuvo buen cuidado de no entrar en el terreno de las relaciones eróticas y supo mantener relaciones diplomáticas con todos los demás. El fue quien introdujo la ocurrencia de nominar a suertes (o hizo creer que lo hizo así, es lo de menos). Declaró siempre, como objetivo de su estancia en la Casa, la consecución del premio. La transparencia de Fran no revelaba ingenuidad sino prudencia, conocimiento de su situación y dominio de la misma; era la contrafigura de la opacidad de Ángel y de Kaiet, por ejemplo a quien la inseguridad y el «cálculo diferencial» terminó convirtiendo casi en fantasmas. La transparencia de Fran manifestaba madurez, seguridad, buen juicio y control de la situación. No es cosa de entrar aquí en el análisis de la génesis (temperamental, psicológica o social) de esa transparencia, a la que habrán contribuido, sospecho, factores familiares y, más aún, factores que tienen que ver con el propio modo de ser de las gentes extremeñas.

¿Y qué ha ido viendo la audiencia en Fran? Si presuponemos que la audiencia procede por criterios morales y no sólo por criterios éticos, lo que la audiencia habría percibido en Fran sería precisamente su buen juicio, su serenidad, su capacidad de adaptación que, por encima de las distancias de lugar, del lenguaje y de generación le permitió mantener un control silencioso sobre los demás más que recíprocamente.

Y si esto es así me atrevo a sumarme a quienes predicen que Fran será el ganador del Gran Hermano II. No quiero afirmar con esto que Fran vaya a alzarse, de hecho, con el primer premio. Carezco de la ciencia de visión. Quiero decir que si Fran no fuese el ganador sería necesario explicar el hecho mediante razones y causas especiales ad hoc. No tendríamos que explicar, en cambio, por qué no ganó el premio Mari (aunque esté a muy próxima distancia de ganarlo), o Sabrina... o Ángel o Kaiet, o todos los demás. Tendríamos que explicar por qué lo ganaron.

[ 20 junio 2001 / se sigue el original del autor ]

 
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