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La Nueva España
Oviedo, jueves, 26 de enero de 2006
Asturias
página 24

Gustavo Bueno. Filósofo
«La presión del PP y el ruido de sables han producido un repliegue notabilísimo del Estatut»

«Cataluña pretende hacer una nación por decreto
basándose en la lengua, las sardanas y la butifarra»

Gustavo Bueno, ayer, en Oviedo, en la fundación que lleva su nombre Oviedo, Javier Neira
El filósofo Gustavo Bueno reflexiona en esta entrevista en torno al reciente acuerdo sobre el nuevo Estatuto de Cataluña. Destaca que la unidad de la nación española se estableció a partir de la monarquía asturiana, afirma que la ambigüedad de Zapatero es una traición y señala que no está en peligro la unidad de España, pero sí su identidad.

¿Cómo ve el acuerdo para un nuevo Estatuto catalán?

—Ha evolucionado mucho desde septiembre. Se ha producido un repliegue notabilísimo del texto desde el primer borrador. Para Zapatero es algo gravísimo, pues desmiente su promesa de que aceptaría el Estatut tal cual lo redactasen en Barcelona. La situación ha dado un giro de 180 grados, pero disimulando el giro.

¿Por qué?

—A mi juicio por la presión del PP y por el ruido de sables. Eso ha asustado a los barones socialistas. Zapatero en septiembre planteaba la disputa como algo meramente semántico. Cosa de técnicos. Pero en tres meses presionó mucho el PP y apareció el ruido de sables que realmente no es tal, es solamente la advertencia de que puede haber ruido de sables y eso hizo saltar a Ibarra, a Felipe González y demás que arremetieron contra el Estatut, pero no asistieron al Comité Federal, circunstancia que los hace cómplices de alguna manera. El repliegue del Estatut indica, contra lo que se dice, que el PP no está aislado.

¿Cómo está el PP?

—Débil. Me han censurado.

¿Cómo?

—Bueno, el diputado del PP Santiago Abascal escribió un comentario de mi libro «España no es un mito» para la revista de la FAES, la fundación del PP. Y recordaba mi análisis sobre el «Quijote» y el discurso de las armas y las letras en el que se muestra la superioridad de las armas. Pues resulta que le quitaron ese párrafo. La censura vino de Zarzalejos nada menos. Así está el patio. Y es que supongo que esa idea más que una herejía le pareció, como decía antes la Iglesia, «piarum aurum ofensiva», ofensiva a los oídos piadosos.

¿De qué forma se ha manifestado la doble presión sobre el Estatut que antes comentaba?

—La imagen del barco y el Estado es clásica, viene ya en Platón. Para el caso me parece especialmente interesante el barco de Teseo que con el tiempo cambia todas las piezas, pero sigue siendo el mismo barco, claro. Es lo que ocurre con los conceptos de «pueblo» y «nación». Un determinado pueblo está formado por gente que se va muriendo. Al cabo del tiempo no queda nadie, pero permanece la nación. El barco depende del capitán que da las órdenes. Pero ya lo dice Platón, si estrella el barco no es el capitán. Como el médico que no cura no es médico. ¿Qué ocurre si el gobernante de un barco no gobierna? Pues que la gente encargada de defender el barco impide que sea asaltado por los piratas. ¿Quién decide si se está gobernando mal? Las fuerzas armadas también representan al pueblo, porque sino serían meros pretores ciegos que defienden, sin más, a quien manda. ésas son las consideraciones que han pesado en el cambio del Estatut.

El término «nación» es complejo.

—Distingo entre naciones étnicas y naciones políticas. Una nación política es aquella en que la soberanía reside en los ciudadanos. Las naciones étnicas ya están analizadas, por ejemplo, por Santo Tomás de Aquino en su «Suma contra gentes», se refiere a los bárbaros, porque las ciudades son cristianas. Eusebio de Cesárea, en su discurso de toma de posesión de Constantino, presenta al Imperio romano como una preparación para la extensión del Evangelio. Las calzadas romanas eran así: la preparación para que se desplazasen los Apóstoles en su evangelización. Por eso el cristianismo, se podría decir ahora, no llegó a China, porque no había calzadas romanas. Y por eso tardó quince siglos en superar Finisterre.

¿Cuándo empieza España?

—España empieza en Asturias. Los reyes asturianos reanudan el Imperio romano. Me alegro de que se descubra ahora que la Cruz de la Victoria tiene joyas del emperador Augusto. Abunda en la idea. Y que se diga también que los reyes asturianos se creían emperadores romanos y se coronaban con la diadema de emperador. Se veían por encima de los godos en su condición de verdaderos continuadores del Imperio romano.

Los constitucionalistas no se ponen de acuerdo.

—Lo curioso es que no están de acuerdo entre sí. Es como si los matemáticos discrepasen sobre el teorema de Pitágoras. En el preámbulo del Estatuto catalán figura la nación catalana después de retirar aquella fórmula cómica de Rubalcaba. Sin embargo, en el articulado se habla de nacionalidad. Pero, ¿de qué nación hablamos? Los gitanos, por ejemplo, forman una nación étnica muy clara. Y los aimaras, de Evo Morales, lo mismo. Ya es un lugar común que los catalanes forman una nación étnica o si se quiere cultural. Me parece, sin embargo, que es excesivo, porque la mitad son andaluces o murcianos. Y antes de esa emigración tampoco, porque estamos mezclados desde siempre. Pero supongamos que formaron una burbuja mendeliana. Lo cierto es que, en cualquier caso, eso se acabó porque están completamente mezclados. Por eso pretenden construirla por decreto basándose en la lengua, las sardanas y la butifarra. Demasiado. En cualquier caso, la nación de la que se habla en el preámbulo, ¿es étnica o política? La nacionalidad del articulado es étnica ya que está de acuerdo con la Constitución. La del preámbulo quieren que sea nación política; si no, ¿para qué tanto lío? Durán i Lleida afirma que ahora, con el nuevo texto, han dado un salto adelante. Los catalanes leen nación como nación política.

¿Y el PSOE?

—Rubalcaba, que es el más culto, que es profesor de Química, aludió al respecto a la ley de la entropía. Vaya alusión, porque la entropía se refiere precisamente al aumento del desorden. Rubalcaba y Zapatero siguen confundiendo a los ciudadanos con la semántica, son cómplices de ese engaño. La ambigüedad de ZP es una traición a España.

¿Qué le mueve?

—En todo esto funciona y mucho el dinero. A escala personal, además. Puede parecer una interpretación vulgar, pero es esencial. Si pierden el puesto político lo pierden todo y vuelven a vivir al 5.º izquierda. Tienen por eso un fuerte instinto de conservación del puesto político. Saben que no pueden romper la piña que han formado. Funcionan como decía mi padre refiriéndose a Lerroux: «Con los ojos en el ideal y las manos en el cajón del pan».

¿Cuál es el origen de esa piña catalana?

—Todo viene de Prat de la Riba, que veía a España como un conglomerado de naciones, como algo en realidad inexistente. Consideraba que el imperio español era fantasmal, una invención, y que el verdadero imperio era el catalán. Cataluña no es ni siquiera una nación étnica, pero si se empeñan puedo transigir, porque quizá dentro de dos o tres siglos lo sean, aunque no creo dada la presión de los inmigrantes magrebíes. En relación con el preámbulo del Estatut hay que destacar que contiene el espíritu de la ley. Los catalanes leen el articulado desde el preámbulo, desde la nación, y el PSOE lee el preámbulo desde el articulado, desde la nacionalidad. Así no hay quien se entienda. Creo que existe mala fe en el sentido de Sartre, ahora que estamos en su centenario, por parte del Gobierno. Mala fe como deseo de engañar. Por ignorancia o malicia. Creo que por malicia, porque así siguen con los acuerdos y los negocios.

¿Peligra España?

—Hay que considerar la unidad y la identidad. La unidad de España viene de los tiempos de los romanos. La unidad de España la hacen los romanos con las calzadas. Pero entonces la identidad es aún romana. La identidad española empieza con los reyes asturianos, precisamente contra la identidad musulmana. Una identidad que no reconoce más límites que los que les marcan otros, sean musulmanes o Carlomagno. ¿Peligra ahora la unidad de España por el Estatuto de Cataluña y eventualmente otros estatutos similares? El PSOE dice que no, porque de lo contrario, ¿a quién van a vender las bicicletas los vascos y los tejidos los catalanes? Pero se rompe la identidad de España. Si ves que en Cataluña hay hostilidad, que tienen otros tributos, que no hablan español, pues entonces te vas a la Toscana. Los medios de comunicación tienen mucha responsabilidad en todo esto, dicen todos Lleida en vez de Lérida, ¿por qué entonces no dicen London o München? En Baviera hablan bávaro pero por encima, hablan alemán. Sucede lo mismo en todos los países menos en España. Franco tuvo mucha responsabilidad también, si en vez de su política lingüística pone dos universidades en euskera en exclusiva y a competir con otras universidades en español en una generación se habría acabado el euskera.

¿Habrá Estatut?

—Se firmará, modificado y maquillado para que no se rompa la cocina y dejen de fluir los dineros para determinados particulares. El PP queda muy desairado. España no romperá, pero quebrará su identidad.

 


Fundación Gustavo Bueno
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