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La presentación de
Panfleto contra la democracia realmente existente
en la prensa escrita

El viernes 23 de enero de 2004, a las 11:30 de la mañana, en el Círculo de Bellas Artes (Alcalá 42, Madrid), se celebró la ceremonia de presentación ante la prensa del libro Panfleto contra la democracia realmente existente, del filósofo Gustavo Bueno. Abrió el acto Gabriel Albiac, catedrático de Filosofía de la Complutense y director de la colección de Ensayo de la editorial La esfera de los libros. Ofrecemos una muestra de la repercusión que en la prensa escrita tuvo este acto, que marcó el inicio de la difusión del libro.

Gabriel Albiac y Gustavo Bueno
 

La Nueva España
Oviedo, viernes 23 de enero de 2004
Sociedad y Cultura
Página 60

Bueno afirma que sólo puede haber democracia si hay mercado
El último libro del filósofo asturiano Gustavo Bueno, «Panfleto contra la democracia realmente existente», se presenta hoy en Madrid

Gustavo Bueno Oviedo, J. N.
El último libro del filósofo asturiano Gustavo Bueno, «Panfleto contra la democracia realmente existente», editado por La Esfera de los Libros, se presenta hoy en Madrid, en el Círculo de Bellas Artes, a las once y media de la mañana. El nuevo libro de Bueno que se publica apenas unos meses después de «El mito de la izquierda», de amplia repercusión nacional, aborda la naturaleza profunda de la democracia distinguiendo, en primer lugar, entre la perspectiva fundamentalista, que se refiere a un deber ser, a una realidad que sencillamente no existe ni puede existir, y la perspectiva funcional, que se refiere a las democracias reales.
Bueno considera que una vez superado el siglo XX, en el que los totalitarismos de izquierdas y de derechas –los comunismos y los fascismos– se apoderaron de buena parte del planeta, la democracia se ve ahora desde una perspectiva fundamentalista. Contrapone ese concepto al de democracia realmente existente –extraído, para más ironía, de Suslov, gran teórico del estalinismo, que hablaba de comunismo realmente existente– y llega a la consideración más fuerte según la cual sólo puede haber democracia donde hay mercado pletórico, o sea, un mercado en el que abunden la variedad y la cantidad de las mercancías. La identificación de la democracia con el capitalismo avanzado queda así establecida y con su correlato político liberal, lo que no dejará de escandalizar en el panorama intelectual español y europeo, donde casi por definición se considera desde hace cien años que el capitalismo es una amenaza latente para la democracia.

 

La Razón
Madrid, sábado 24 de enero de 2004
Cultura
Página 25

La última provocación de Gustavo Bueno
Publica «Panfleto contra la democracia»
El filósofo riojano publica «Panfleto contra la democracia realmente existente», editado por La Esfera de los libros, un ensayo donde pone patas arriba el concepto actual de democracia y arremete contra lo que llama los «fundamentalistas democráticos» y, según él, sus errores y mal interpretaciones.

Gustavo Bueno Juan Carlos Rodríguez. Madrid
Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) ha hecho de su filosofía una provocación y un desafío permanente. Él sostiene que sólo llama a las cosas por su nombre, que su destino está en el extremo más árido de las convenciones, cree en su lucidez –que lo mismo corrige a Montesquieu que a Aristóteles– y se ríe de todo, muchas veces usando argumentos reaccionarios. Su último desafío es «Panfleto contra la democracia realmente existente» (La esfera de los libros), su testimonio definitivo de crítica de la filosofía política, donde pone patas arribas las convenciones sobre qué es democracia. Y lo apoya en un aparato filosófico que rebate contradicciones, malos usos y tergiversaciones de la idea de democracia, como la conciben, según apunta en su ensayo, los «fundamentalistas», que es como define a la idea de democracia de la izquierda. Por eso rebate aspectos como la «solidaridad», la «reinserción social», la «tolerancia» o la «igualdad». El primer error, sostiene, de los «fundamentalistas» es no ser partidarios de la pena de muerte, que Bueno reivindicó con una amarga ironía, por ejemplo, contra los maltratadores que asesinan a sus parejas. La represión está, según Bueno, en el origen democrático. El filósofo dijo que ahora vivimos en una «partitocracia» dirigida por «oligarquías», donde, por ejemplo, no existe «igualdad ante la ley» para profesores de otras regiones que quieran dar clases en el País Vasco o Cataluña. De hecho, Bueno dijo que Ibarretxe y Carod Rovira no representan una «democracia real» y «restan grados de democracia al país».

 

La Nueva España
Oviedo, sábado 24 de enero de 2004
Sociedad y Cultura
Página 48

Gustavo Bueno presentó ayer por la mañana, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, su último libro, «Panfleto contra la democracia realmente existente», un profundo ensayo llamado a ser muy polémico. La presentación fue explosiva ya que indicó, entre otras cosas, que una democracia auténtica debería instaurar la pena de muerte. Acompañaba a Bueno el catedrático de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid Gabriel Albiac, que dijo que el libro era «la obra mayor de teoría política escrita en castellano en muchas décadas».
Bueno: «Una democracia auténtica
debe instaurar la pena de muerte»

El filósofo asturiano presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid
su último libro, «Panfleto contra la democracia realmente existente»

Gustavo Bueno, a la derecha, y Gabriel Albiac, en la presentación, ayer, en Madrid, del nuevo libro del filósofo asturiano

Madrid, David Álvarez
El filósofo asturiano Gustavo Bueno pasó ayer arrollando por Madrid, donde, en el Círculo de Bellas Artes, presentaba su último libro, «Panfleto contra la democracia realmente existente» –editado por La Esfera de los Libros–, que deja tambaleándose alguna de las ideas sobre la política que se toman por ciertas, como las autonomías, la tolerancia, la igualdad y la pena de muerte.
Antes de empezar, cuando ya estaba sentado, le sirvieron un zumo de naranja. Elevó la copa y pareció que brindaba su actuación de luego, con un «a su salud» y una sonrisa pícara.
Después de lo torero, el filósofo Gabriel Albiac advirtió de lo que venía: «Este libro es un trabajo asombroso que consiste sobre todo en destruir todas las memeces que llamamos política, una trituración de todos los lugares comunes.» Previno a los asistentes que no conocían a Bueno de que toda su obra era, básicamente, «filosofía que se lo lleva todo por delante, erudición intransigente», y cedió el paso al maestro asegurando que este libro es «la obra mayor de teoría política escrita en castellano en muchas décadas».
ustavo Bueno murmuró un «muy bien, muy bien», le estrechó la mano a Albiac y reconoció: «Estoy abrumado», y casi sin detenerse a tomar aire, lanzó él su advertencia: éste no es un libro sencillo. «No se puede exponer en dos palabras. Hay que leerlo, y más de una vez. Lo siento mucho.»
Según dijo, quien no lo lea con detenimiento no lo entenderá, y ya se espera la incomprensión. Está acostumbrado, dijo en un desliz geográfico, a «los periodistas que escriben aquí, en Asturias, que son gente oligofrénica que, a fuerza de atender a conferencias, opinan de todo». Se ha hecho incluso a que no le entiendan bien tampoco los académicos: «Me llamarán facha, pero como ya me lo espero... responderé.»

Gustavo Bueno durante su intervención en el Círculo de Bellas Artes madrileño

Tolerancia ofensiva
No sería el primer libro con el que gana enemigos. Contó que, después de publicar «El papel de la filosofía en el conjunto del saber», se le sumaron a la contra pedagogos y antropólogos: «Me echaron encima un bote de pintura y todo.»
Establecidas las cautelas, se lanzó a intentar que le entendieran cuando dice que «manejamos una idea de democracia de carácter fundamentalista». Medimos la democracia «realmente existente» respecto a la idea de democracia pura, que es como comparar los motores que podemos construir con ese motor ideal e imposible –el «perpetuum mobile»– que se alimenta hasta el infinito de la energía que produce su propio movimiento.
Explicó que comparar nuestras democracias con la idea perfecta de democracia es tan absurdo como comparar la eficiencia de los motores de los trenes con ese ingenio perfecto e imposible. La democracia pura es más débil, por la sencilla razón de que no puede existir.
Media hora después, cuando ya hablaba lanzado como quien cae por una ladera, le pasaron una nota para que abreviase y dejase paso a las preguntas. Se rió: «Pues bueno. Vale.» Pero recordó que intentar explicar el libro con brevedad es «como tocar una sinfonía con un dedo».
A partir de ahí, sacó el machete y comenzó a desbrozar la sala de tópicos, empezando por la tolerancia, de la que dijo que era un error producido por un espejismo: «No es una virtud democrática. Es la menos democrática. Es ofensiva.»
Como en un trabalenguas, explicó que quien tolera es el poderoso, que suspende, porque quiere, la potestad que tiene para reprender al tolerado, y que esa desigualdad ofende. «El que tolera se pone en la posición de Franco», remató.
Luego se lanzó a por los 17 tribunales supremos que propone el PSOE: «No sé en qué estarán pensando estos señores. Eso nos lleva a una especie de anarquismo jurídico.» Incluso le tocó un tajo de machete, de refilón, a la Constitución: «Tuvo graves errores, ¿pero quién iba a prever que saliera un Ibarreche? Es un sedicioso y, cuando había pena de muerte, a los sediciosos se los fusilaba. Pero se ha olvidado el concepto de sedición.»
Sólo una opinión
Entonces, recordó su libro inédito sobre la pena de muerte, que no publica «porque no sirve para nada», y ahí terminaron ya de caerse las mandíbulas de las bocas semiabiertas de quien no le habían escuchado nunca: «Una democracia auténtica debería instaurar la pena de muerte», dijo, mientras desde una esquina una señora, que sí lo conocía, le apuntó: «Eutanasia procesal.» «Sí, no me gusta denominarla pena de muerte», añadió Gustavo Bueno.
Le pidieron que se explicara. «Es una atención que la sociedad tendría con el criminal horrendo que no se atreve a suicidarse, y entonces la sociedad le acompaña. Por caridad.»
Sonó el segundo aviso, porque el tiempo pasaba y ya llegaba tarde a la siguiente cita, pero admitió la última pregunta: «¿Se puede mejorar la democracia?», quiso saber una periodista. «El libro no habla de eso», contestó Bueno.
«Pero tendrá usted una opinión», insistió la periodista. «Mi opinión es irrelevante. Y ahora, en virtud de la libertad democrática, que cada uno piense lo que quiera.»

 

La Rioja
Logroño, sábado 24 de enero de 2004
Cultura
 

El filósofo riojano Gustavo Bueno «tritura»
en un libro los conceptos de la democracia

El catedrático defiende la pena de muerte o la 'eutanasia procesal'
A Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) –Premio Excelencia de La Rioja–, le propusieron que escribiera un libro contra la democracia. El filósofo riojano aceptó. Después de meses de trabajo ha entregado a la imprenta Panfleto contra la democracia realmente existente (La esfera de los libros), un ensayo en el que el catedrático de Filosofía hace saltar en añicos los fundamentos por los que se rigen los sistemas políticos de las naciones más desarrolladas. «La igualdad ante la ley no existe, la solidaridad es una abstracción y la tolerancia es un concepto ofensivo», dijo Bueno. «Uno de los principios básicos de la democracia reza así: 'Yo le tolero a usted que haga esto o lo otro' ¿Eso es tolerancia? Yo creo que eso es tiranía», argumentó.

Gustavo Bueno T. G. Yebra /Colpisa / Madrid
Sabedor de que su libro va a crispar a todo aquel «que se atreva a leerlo», el profesor Bueno aprovechó para «hostigar las conciencias bienpensantes». «La democracia es fundamentalista; perniciosamente fundamentalista. ¿Por qué? Porque influye en todos nuestros comportamientos sin que nosotros nos demos cuenta de sus trampas. Pero esto tiene mal remedio, pues la gente, en general, también es fundamentalista.»
A sus 79 años, el profesor Bueno parece estar en plena forma física y mental. Dijo que las democracias más sabias y consolidadas, como las de Estados Unidos, tienen establecida la pena de muerte. «Un individuo que mata a navajazos a tres, cuatro, cinco personas y luego hace picadillo a su mujer, ¿qué puedes hacer con él? ¿Reinsertarle? Sólo existen dos soluciones: o que se suicide, o bien o aplicarle la pena capital, que es una manera educada y elegante de invitarle a suicidarse. Es, diríamos, una atención que tiene la sociedad con el criminal.»
Un periodista le planteó la posibilidad de que sus teorías fuesen más fundamentalistas que la democracia a la que tanto ataca. «La democracia permite su libro, permite sus teorías y le permite a usted con todo su cargamento para demolerla; luego, no será tan fundamentalista», argumentó. «¡Estaría bueno que la democracia no permitiera la libertad de expresión!», respondió el profesor Bueno, una pizca alterado. Y, dirigiéndose al periodista, añadió: «Es usted un superficial.»
¡Fusilarle!
El catedrático de Filosofía aseguró que su propósito era «destruir y triturar todos los lugares comunes, conceptos manidos e ideas preconcebidas sobre las que se sustenta la democracia». «Tenemos que volver a repensar la democracia, pues nada de lo nos aseguran que es coincide con lo que es.» Enemistado con el gremio de pedagogos y de antropólogos –«a este paso me quedo solo», auguró– el autor de Telebasura y democracia admitió que su libro estaba lleno de contradicciones, pero «esas contradicciones no me señalan a mí sino a cada uno de los lectores».
Con un discurso desconcertante, el profesor Bueno criticó duramente los nacionalismos y la fragmentación de las competencias políticas. «Los nacionalismos restan fuerza a la democracia; la debilitan.» Tras bombardear dialécticamente a las autonomías y censurar los planteamientos socialistas de intentar descentralizar la justicia, acabó la rueda de prensa como Don Quijote ante los molinos de viento o como el rey Jorge III cuando corría en pijama por los pasillos de palacio para recibir a sus súbditos.
«¡El señor Ibarretxe –tronó Gustavo Bueno– es un sedicioso! ¡Por lo tanto, si en nuestro país hubiera pena de muerte y fuese un país con verdaderos principios democráticos tendríamos que hacerle un gran favor a este señor! ¿Qué favor? ¡Fusilarle!»

 

El Norte de Castilla
Valladolid, sábado 24 de enero de 2004
Pensamiento

El filósofo Gustavo Bueno revisa las falsas certezas
de la democracia occidental

El ensayo «Panfleto contra la democracia» sostiene que no existe la igualdad ante la ley ni la solidaridad Invita a repensar un sistema en el que «lo que nos dicen no coincide con la verdad»

Gustavo Bueno T. García Yebra, Colpisa, Madrid
A Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) le propusieron que escribiera un libro contra la democracia. El filósofo riojano aceptó. Después de meses de trabajo ha entregado a la imprenta Panfleto contra la democracia realmente existente (La esfera de los libros), un ensayo en el que el catedrático de Filosofía hace saltar en añicos los fundamentos por los que se rigen los sistemas políticos de las naciones más desarrolladas. «La igualdad ante la ley no existe, la solidaridad es una abstracción y la tolerancia es un concepto ofensivo», dijo Bueno. «Uno de los principios básicos de la democracia reza así: 'Yo le tolero a usted que haga esto o lo otro' ¿Eso es tolerancia? Yo creo que eso es tiranía», argumentó.
Sabedor de que su libro va a crispar a todo aquel «que se atreva a leerlo», el profesor Bueno aprovechó la rueda de prensa para «hostigar las conciencias bienpensantes». «La democracia es fundamentalista; perniciosamente fundamentalista. ¿Por qué? Porque influye en todos nuestros comportamientos sin que nosotros nos demos cuenta de sus trampas. Pero esto tiene mal remedio, pues la gente, en general, también es fundamentalista».
Pena de muerte
A sus 79 años, el profesor Bueno parece estar en plena forma. Dijo que las democracias más sabias y consolidadas, como las de EE. UU., tienen establecida la pena de muerte. «Un individuo que mata a navajazos a cinco personas y luego hace picadillo a su mujer ¿qué puedes hacer con él? ¿Reinsertarle? Sólo existen dos soluciones: o que se suicide, o bien aplicarle la pena capital, que es una manera educada y elegante de invitarle a suicidarse. Es, diríamos, una atención que tiene la sociedad con el criminal.»
Un periodista le planteó la posibilidad de que sus teorías fuesen más fundamentalistas que la democracia a la que ataca. «La democracia permite su libro, permite sus teorías y le permite a usted con todo su cargamento para demolerla; luego, no será tan fundamentalista», argumentó. «¡Estaría bueno que la democracia no permitiera la libertad de expresión!», respondió el profesor Bueno. Y, dirigiéndose al periodista, añadió: «Es usted un superficial.» Cual eficaz lancero, el catedrático de Filosofía aseguró que su propósito era «destruir y triturar todos los lugares comunes, conceptos manidos e ideas preconcebidas sobre las que se sustenta la democracia». «Tenemos que repensar la democracia, pues nada de lo que nos aseguran que es coincide con lo que es.» Bueno criticó duramente los nacionalismos y la fragmentación de las competencias políticas. «Los nacionalismos restan fuerza a la democracia; la debilitan.»

 

El Comercio
Gijón, sábado 24 de enero de 2004
Sociedad y Cultura

Gustavo Bueno hace añicos
los principios de la democracia en su último libro

T. G. Yebra / Madrid
A Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) le propusieron que escribiera un libro contra la democracia. El filósofo asturiano de adopción aceptó. Después de meses de trabajo, ha entregado a la imprenta Panfleto contra la democracia realmente existente (La esfera de los libros), un ensayo en el que el catedrático de Filosofía hace saltar en añicos los fundamentos por los que se rigen los sistemas políticos de las naciones más desarrolladas. «La igualdad ante la ley no existe, la solidaridad es una abstracción y la tolerancia es un concepto ofensivo», dijo Bueno.
Sabedor de que su libro va a crispar a todo aquel «que se atreva a leerlo», Bueno dijo que las democracias más sabias y consolidadas, como las de EE UU, tienen establecida la pena de muerte.
Con un discurso desconcertante y, en ocasiones, excesivamente disperso (unas veces arremetía contra la democracia, otras la defendía), Bueno criticó duramente los nacionalismos y la fragmentación de las competencias políticas. «Los nacionalismos restan fuerza a la democracia; la debilitan.»
Tras bombardear dialécticamente a las autonomías y censurar los planteamientos socialistas de intentar descentralizar la justicia, acabó la rueda de prensa como Don Quijote ante los molinos de viento o como el rey Jorge III cuando corría en pijama por los pasillos de palacio para recibir a sus súbditos. «¡El señor Ibarretxe es un sedicioso! ¡Por lo tanto, si en nuestro país hubiera pena de muerte y fuese un país con verdaderos principios democráticos tendríamos que hacerle un gran favor a este señor! ¿Qué favor? ¡Fusilarle!»

 

Fuerteventura Digital
viernes, 23 de enero de 2004
Europa Press
23 enero 2004, 15h15

Gustavo Bueno expone las contradicciones de la democracia en el libro Panfleto contra la democracia realmente existente

Gustavo Bueno Madrid, viernes 23 de enero de 2004, 15:18
(Europa Press)
El filósofo Gustavo Bueno (La Rioja, 1924) –fiel a su costumbre de «poner todo patas arriba», según explicó hoy Gabriel Albiac, promotor del libro y director de la colección de Ensayo que ha editado su obra– expone, bajo el título Panfleto contra la democracia realmente existente, los cimientos de la democracia «procedimental» y sus contradicciones.
Para este catedrático, autor de la primera teoría filosófica sobre la televisión, conceptos como «pena de muerte», «tolerancia» o «autonomías» son algunas de las contradicciones de lo que él denomina una «democracia de mercado» marcada por el consumismo.
Tras un pormenorizado análisis que se remonta a las raíces atenienses, el autor de este ensayo explica una a una las contradicciones que van desde los conflictos entre el ejecutivo y el legislativo, la estructura tributaria, la falta de igualdad ante la ley, las «aristocracias políticas», la reclasificación de los partidos políticos, hasta la controvertida pena de muerte.
A favor de la pena de muerte
«En una democracia debía instaurarse la pena de muerte o la 'eutanasia procesal'.» «Ni la Biblia, ni Platón, ni Aristóteles, ni Santo Tomás de Aquino, ni Kant o Hegel pusieron en duda jamás la necesidad de la institución de la pena de muerte», justificó hoy este filósofo, que con este libro termina una trilogía política que inició con «El mito de la cultura» y «El mito de la izquierda».
Según explicó Gustavo Bueno en la presentación de este ensayo, editado por la Esfera de los Libros, «cualquiera puede, en nombre de su libertad, cometer un crimen horrendo; pero el que comete ese crimen, en nombre de la libertad debería saber también que su crimen es intolerable, y que la sociedad no puede rehabilitarle».
Otro de los puntos polémicos de este ensayo se refiere a la desigualdad ante la ley que tienen los ciudadanos con las autonomías y los nacionalismos. «Un profesor de secundaria no puede presentarse a las oposiciones de Cataluña o del País Vasco y eso es un punto de desigualdad absoluto», argumentó.
Sin embargo, Bueno se niega a hablar posibles mejoras en nuestra sociedad política, porque su ensayo «no trata de este tema» y porque «la democracia en sí misma es imposible por el propio ideal», concluyó el autor.

 

Yahoo
viernes, 23 de enero de 2004
Europa Press 23 enero 2004, 18h48
Notícies en Català

Gustavo Bueno exposa les contradiccions de la democràcia a Panfleto contra la democracia realmente existente

Gustavo Bueno Madrid, 23 (Europa Press)
El filòsof Gustavo Bueno (La Rioja, 1924) –fidel al seu costum de «posar-ho tot de cap per avall», segons ha explicat avui Gabriel Albiac, promotor del llibre i director de la col·lecció d'Ensayo que ha editat la seva obra– exposa , sota el títol, Panfleto contra la democracia realmente existente els fonaments de la democràcia «procedimental» i les seves contradiccions.
Per a aquest catedràtic, autor de la primera teoria filosòfica sobre la televisió, de conceptes com 'pena de mort', 'tolerància' o 'autonomies' són alguna de les contradiccions del que ell denomina una «democràcia de mercat» marcada pel consumisme.
Després d'un detallat anàlisi que es remunta a les arrels ateneses, l'autor d'aquest assaig explica una a una les contradiccions que van des dels conflictes entre l'executiu i el legislatiu, l'estructura tributària, la falta d'igualtat davant la llei, les «aristrocràcies polítiques», la reclassificació dels partits polítics fins a la controvertida pena de mort.
«En una democràcia hauria d'instaurar-se la pena de mort o l''eutanàsia processal'.» «Ni la Bíblia, ni Plató, ni Aristòtil, ni Sant Tomás d'Aquino, ni Kant o Hegel van posar en dubte mai la necessitat de la institució de la pena de mort», ha justificat avui aquest filòsof, que amb aquest llibre acaba una trilogia política que va iniciar amb El mito de la cultura i El mito de la izquierda.
Segons ha explicat Gustavo Bueno a la presentació d'aquest assaig, editat per l'Esfera de los Libros, «qualsevol pot, en nom de la seva llibertat, cometre un crim horrible; però el que comet aquest crim, en nom de la llibertat hauria de saber també que el seu crim és intolerable, i que la societat no pot rehabilitar-lo».
Un altre dels punts polèmics d'aquest assaig es refereix a la desigualtat davant la llei que tenen els ciutadans amb les autonomies i els nacionalismes. «Un professor de secundària no pot presentar-se a les oposicions de Catalunya o del País Basc i això és un punt de desigualtat absolut», ha argumentat.
Tot i això, Bueno es nega a parlar de possibles millores en la nostra societat política, perquè el seu assaig «no tracta d'aquest tema» i perquè «la democràcia en si mateixa és impossible pel propi ideal», ha conclòs l'autor.

 

Diario Directo
23 de enero de 2004
Servimedia 23 enero 2004
Línea social de Servimedia

Gustavo Bueno defiende la pena de muerte
en un sistema democrático


Madrid, 23 (Servimedia)
El filósofo Gustavo Bueno presentó hoy el libro Planfleto contra la democracia realmente existente, en el que defiende la aplicación de la pena de muerte e intenta desmontar conceptos «caducos» imperantes en las sociedades occidentales, como la tolerancia y la solidaridad.
Bueno es consciente de que estas ideas le acarrearán insultos y acusaciones de fascista, pero cree que es más importante reflexionar en voz alta sobre lo que consideran «déficits» de la democracia «realmente existente».
A su juicio, la pena de muerte es «una atención que tiene la sociedad con alguien que ha cometido crímenes horrendos», mientras el cumplimiento íntegro de penas representa una venganza. «Aunque sea un menor el que cometa ese crimen, no puede seguir viviendo. Debe suicidarse y si no se atreve, los demás le ayudamos», afirmó el filósofo asturiano, quien aseguró que Estados Unidos no es una nación menos democrática que otras porque muchos de sus Estados apliquen la ejecución capital.
Respecto a España, el autor opina que los nacionalismos y las legislaciones autonómicas están dañando la democracia y los valores que se suponen consustanciales a ella, como la igualdad de todos ante la ley. Puso como ejemplo la exigencia que plantean Cataluña y País Vasco de conocer sus lenguas a aquellos españoles que desean opositar a plazas de sus Administraciones. «La Constitución tuvo graves errores, pero ¿quién iba a prever que entre los padres de la patria iba a estar un sedicioso como Ibarretxe, a quien si hubiera pena de muerte se le fusilaría?», señaló.
Panfleto contra la democracia realmente existente, editado por La Esfera de los Libros, también ataca conceptos como la tolerancia y la solidaridad. De la primera dice que la tolerancia no es una virtud democrática, ya que no puede juzgarse como tal el no dar respuesta a alguien que comete un mal por evitar un mal mayor.
Bueno ve a España no como una democracia, sino como una «partitocracia», en la que el pueblo es un concepto puramente metafísico, que elige a unos partidos que luego no encarnan a ese pueblo.
El escritor y filósofo Gabriel Albiac aseguró en la presentación que este libro de Bueno derriba muchas «memeces» que se dicen a favor de la democracia y representa la obra mayor de teoría política que se ha editado en España en las últimas décadas.

 

Diario Montañes
Santander, domingo 25 de enero de 2004
Protagonistas

Gustavo Bueno Gustavo Bueno critica
en su nuevo libro
el concepto de democracia


Gustavo Bueno ha entregado a la imprenta «Panfleto contra la democracia realmente existente», ensayo que promete ser polémico. «La igualdad ante la ley no existe, la solidaridad es una abstracción y la tolerancia es un concepto ofensivo. Uno de sus principios básicos reza: 'Yo le tolero que haga esto o lo otro' ¿Eso es tolerancia? Yo creo es tiranía», argumentó el catedrático.

 


Fundación Gustavo Bueno
www.fgbueno.es