Teselas
Telebasura
Gustavo Bueno expone brevemente el concepto de telebasura, un concepto ambiguo que en España comenzó a popularizarse en enero de 1993, a raiz del tratamiento dado por las televisiones al crimen de las niñas de Alcasser. Supone el concepto de basura, hoy aplicado a muchas otras realidades: música basura, literatura basura, contratos basura, ADN basura... Se esboza la distinción, introducida en el libro Telebasura y democracia (2002) entre telebasura fabricada y telebasura revelada o desvelada, donde es la realidad misma que ofrece la televisión la que puede considerarse como una basura.
Gustavo Bueno, Telebasura
Tesela nº 10 (Oviedo, 19 de enero de 2010)
Transcripción GTGB ⋅ t010
Telebasura
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Vamos a hablar hoy de “telebasura”.
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“Telebasura” es una expresión que empezó probablemente en España a utilizarse hacia finales de los años 80 (1988-89). Muy pronto, la expresión de la que provenía, que era “televisión basura”, se contrajo y se puso ya telebasura; se sugería la idea de que “televisión basura” era una especie de denominación extrínseca, pero que al contraerla en una sola palabra -telebasura- adquiría ya un rango técnico capaz de designar precisamente a un género dentro de la televisión, “Telebasura”. Y, un género, digo, porque la telebasura no indicaba, ni creo que ha indicado nunca, algo puntual, individual, por ejemplo, un programa muy mal hecho, por lo que fuera, a lo mejor porque la cámara no funcionaba (por lo que fuera) en cuyo caso no sería telebasura. O cuando se habla de basura musical. Tampoco es música basura un concierto de Mozart que está muy mal interpretado, está interpretado -qué sé yo- con bandurrias; eso no se puede llamar música basura, es la interpretación. Es decir, que la idea de telebasura yo creo que implica la idea de un género dentro de los géneros posibles de televisión.
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La idea de telebasura, ya como compacto, como tecnicismo, fue tomando cuerpo cada vez más. Seguramente, uno de los impulsos que recibió fue un programa, no me acuerdo cuándo fue, final de los 80 o principios de los 90, el programa de Alcàsser de Antena 3 que dirigía Nieves Herrero, donde seguramente reaccionando contra el temor de la cadena de que se llamase telebasura a la [cadena] en conjunto, entonces sacaron una serie de spot publicitarios donde decían: no queremos telebasura, queremos televisión de calidad. Rubalcaba también en aquellos años prohibió un programa de Julián Lago, aquello de La máquina de la verdad, también como telebasura. Y sobre todo recuerdo, porque le hice yo una crítica bastante extensa en un libro titulado Telebasura y democracia, precisamente, un famoso manifiesto suscrito por varias organizaciones (entre ellas CCOO, CONCAPA, UGT, &c.), era Manifiesto contra la telebasura.
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Entonces, el concepto de telebasura es un concepto sumamente ambiguo, porque no se dice lo que sea la telebasura, simplemente se da por supuesto prácticamente. En el fondo, yo creo que el concepto de telebasura empezó a ser concebido como un concepto pragmático de decir una televisión mala, de mala calidad, que conviene eliminar y barrer de la pantalla (porque basura significa esto, barredura, viene de barrer). Entonces, ¿qué es telebasura? Pues todo aquello que a mí me moleste y que debe ser barrido; es decir, es una actitud puramente práctica. Pero claro, estas definiciones de telebasura son puramente subjetivas y no conducen a nada, y confunden todo.
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Entonces claro, la telebasura supone el concepto de basura, un concepto muy amplio que no es un concepto técnico, sino más bien un concepto filosófico por este criterio. Porque la idea de basura se ha aplicado masivamente en estos últimos años, en estos veinte últimos años pongamos, no solamente a la televisión, sino por ejemplo a la literatura, se llama “novela basura”, a veces se llama “infraliteratura” o “literatura basura”. Se aplica por supuesto a la música basura, se aplica también, desde luego, a los contratos basura en la vida laboral. Se aplica incluso a la naturaleza cuando se habla del “ADN basura”, que constituye un porcentaje importantísimo dentro de los cromosomas. Y se habla también nada menos que de “materia basura”, refiriéndose a los agujeros negros y a los procesos de corrupción de la basura cósmica, &c. Es decir, que la basura ha adquirido una extensión tan amplia que requiere un tratamiento filosófico, cosa que aquí naturalmente no tenemos tiempo de hacer. Pero sí simplemente advertir que la Idea de la Basura, como si fuera un concepto trascendental, que ocupa a todas las partes del Universo, se aplica también en particular a los que, por ejemplo, dicen que la televisión basura es la televisión misma, toda la televisión es basura con relación a otros medios de comunicación.
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La cuestión es muy extensa, muy diversa, requiere muchos análisis, por tanto, nos limitaremos aquí a presentar una distinción que creemos esencial, a saber: la distinción entre telebasura revelada, o desvelada, y telebasura fabricada. Conceptos que se confunden totalmente y cuando se critica la televisión basura no se distinguen estos dos planos, que son totalmente distintos y muy diferentes en sus funciones.
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La telebasura fabricada (simplemente, como su propio nombre indica) son los programas que están explícitamente hechos sabiendo que son de mala calidad, que son malos por la circunstancia que sea, pero que sin embargo se hacen porque sirven para ciertos fines, por ejemplo, de tipo político, publicitario, o lo que fuera; y entonces, es una televisión basura fabricada (muchas veces los anuncios se consideran telebasura, aunque muchas veces no lo sean).
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Pero tan distinto de esto es lo que llamamos telebasura desvelada, que es la televisión basura no porque esté fabricada como tal, sino porque la realidad misma que ella ofrece es basura. El ejemplo más rápido que se puede poner es el de una cámara que está enfocando a un barrio de Calcuta lleno de montones de estiércol, lleno de ratas, &c.: aquello es televisión basura, pero la basura es Calcuta, no es la televisión. Pero esto mismo ocurre en general, la mayor parte de los programas que llaman televisión basura, la basura está en aquello que retratan, es decir, en la realidad. Por ejemplo (y aquí vienen ya los juicios de valor sobre lo que es basura social o no es basura social), un programa donde nos exponen una sesión parlamentaria puede llamarse basura muchas veces, cuando consideramos las argumentaciones que hacen los diputados de unos partidos u otros, dadas las argumentaciones tan detestables que hay. Pero un programa como pueda ser Corazón, ese un programa que ponen en la 1 antes de comer, esto puede considerarse y así lo consideramos muchas veces como basura, por muchas razones que aquí no cabe interpretar. Por ejemplo, El Diario de Patricia, el Diario que llaman, que ponen en A3 por las tardes diariamente, dos o tres horas, aquello en general es basura; pero es una basura que tiene un interés informativo extraordinario, porque la basura está en los que van allí a resolver problemas.
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Y entonces simplemente yo creo que los programas de televisión basura desvelada, la pantalla de televisión constituye una especie de telescopio (o de microscopio, si se quiere) para la observación social. Una pantalla imprescindible, porque basta simplemente seguir la televisión basura desvelada de un modo regular y analítico para tener un observatorio admirable, como un microscopio, para ver cómo está la sociedad española en general.
Final ❦ 08:21
✉ GTGB
• Telebasura y democracia (2002)
• Televisión: apariencia y verdad (2000)