Respuestas
Panenteísmo y materialismo filosófico
Gustavo Bueno responde a la segunda pregunta formulada por Javier Pérez Jara: ¿Es el «panenteísmo» de Schelling o Krause (en tanto crítica al mundanismo panteísta, y a la vez crítica a la visión ontoteológica de un Dios infinito que trasciende al Mundo pero que no lo anega) la versión más próxima al armazón ontológico del materialismo filosófico?
Gustavo Bueno, Panenteísmo y materialismo filosófico
Respuestas nº 6 (14 de noviembre de 2006, 12 m)
Texto íntegro de la pregunta de Javier Pérez Jara: ¿Es el «panenteísmo» de Schelling o Krause (cuyo principal padre sea probablemente Espinosa, descontando a Plotino, el Vedanta, &c.), en tanto crítica al mundanismo panteísta, y a la vez crítica a la visión ontoteológica de un Dios infinito que trasciende el Mundo pero que no lo anega (lo que es incomprensible dada su infinitud), la versión teológico-metafísica más próxima al armazón ontológico del materialismo filosófico (Mi es un contenido de M, pero a la vez M trasciende a Mi, y hay una contraposición dialéctica entre estos dos términos por mediación del Ego)? Parece que la principal incompatibilidad, o «falta de correspondencia» (que no se daba en sistema pluralista de Espinosa, quien, sin embargo, carecía de la Idea de Ego trascendental) sería por su monismo (el Absoluto, o Identidad absoluta, como «Ser simplicísimo», lo que hace incomprensible el progressus de las formas plurales del Mundo)
Esta pregunta está formulada con el sentido de explicar un poco las conexiones entre el materialismo filosófico y el sistema de Espinosa y el idealismo alemán, para «demostrar» que el materialismo filosófico es ininteligible si no se ve como una transformación de sistemas metafísicos de la modernidad que proceden a su vez de transformaciones de sistemas ontoteológicos de la escolástica medieval (a través de la inversión teológica, etc.). En concreto, ver cómo en Schelling (aunque el concepto de «panenteísmo» sea de los krausistas), heredero explícito de Espinosa «pasado» por Kant y Fichte, el armazón teológico-metafísico «está a la vuelta de la esquina» del materialismo, como pretendía demostrar Manuel Lorenzo en su libro La última orilla (al menos cuanto no hablamos del Schelling «mundanista» y explícitamente espiritualista de los primeros años). En concreto el sentido de la pregunta es ver si el panenteísmo es el armazón teológico-metafísico más parecido al materialismo filosófico, en tanto la Ontoteología no ha asumido (porque asumirlo destruiría la religión) que un Dios infinito no sólo trascendería el Mundo (el Deus absconditus irreductible a las criaturas), sino que lo anegaría, como señaló Espinosa. ¿Hay realmente una correspondencia no enteramente forzada entre el Absoluto de Schelling y M, las tres potencias de la Naturaleza y los tres géneros de materialidad, y el Ego trascendental schellingiano con el Ego trascendental del materialismo filosófico? En Ensayos materialistas se dice que en el idealismo alemán tan sólo Kant y Schopenhauer no son mundanistas ¿pero el Absoluto de Schelling no tendría una inequívoca dimensión ontológico general (pese a sus «recaídas mundanistas», como tildar al Ser de Identidad, cuando toda identidad es ontológico especial)?
Textos de referencia sobre la pregunta:
Espinosa: Vidal Peña, El materialismo de Spinoza. Ensayo sobre la Ontología spinozista, y Manuel F. Lorenzo, La última orilla. Introducción a la filosofía de Schelling.
El panenteísmo de Krause. El Dios infinito anegaría el Mundo: «El pensamiento de un ser infinito y absoluto, es también el de un ser que es todo lo que es o existe; por que si pudiera pensarse en alguna cosa que no fuese el ser infinito y absoluto, este ser no sería absoluto, ni infinito, ni infinito absoluto, ni absoluto infinito. No sería absoluto, por que no sería todo ser, o el ser de toda cosa, como quiera que habría algo fuera de él, aunque este algo estuviese en relación con él. Pues aquel objeto fuera del cual hay otro, no es todo… Por la misma razón dicho ser no sería infinito, sino finito, porque estaría limitado por el ser que se pensara fuera de él. Por tanto el pensamiento de un ser infinito y absoluto, supone necesariamente que este ser uno e infinito, es todo lo que existe, que es el ser de cada uno de los seres finitos, que están en él, y la esencia de sus esencias» (Krause, Filosofía de la Historia.)
El Dios panenteísta, pese a desbordar y anegar el mundo, es conceptuado por Krause como personal: «Las situaciones de Krause y de Marx en el «eje angular» son, en efecto, polarmente opuestas. Krause, con su panenteísmo, presupone un Dios personal, en cuyo seno se mantienen la «Naturaleza y la Razón» como «hemisferios infinitos de toda la realidad que esta en Dios sin identificarse con El» (para decirlo con fórmula de Ureña, en su artículo publicado en El Basilisco, nº 4, pág. 51); los krausistas rondaron también con frecuencia las proximidades del espiritismo («muero en comunión –parece que dijo don Julián Sanz del Río el día de su muerte, 14 de octubre de 1869– con todos los seres racionales finitos»). Krause habla con Dios en un lenguaje inequívocamente religioso; su Dios tiene mucho del «Dios de los filósofos», más allá de toda «representación supersticiosa», pero sigue siendo un Dios personal: «Mañana, 20 de marzo de 1817, es el primer día del año divino de la Alianza de la Humanidad que se está gestando, es decir, que se ha cumplido el noveno año (…), esta manera de contar el tiempo es para mi en particular algo esencial, por cuanto significa un recuerdo de mi vocación. Si ella ha de cuajar también en la Historia de la Humanidad [añade Krause, con una condicional absurda y aún ridícula, a nuestro juicio, puesto que sólo puede decir que la Alianza de la Humanidad se está gestando cuando dé por supuesto que va a llegar a término] es algo que no depende de mi, sino de Dios, de Ti, ¡oh Dios!» (Ureña, 326).» (Gustavo Bueno, «Krausismo y marxismo», El Basilisco, 2ª época, nº 10, 1991, páginas 89-98.)