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El Comercio Gijón, miércoles 25 de enero de 2006 |
Cultura página |
Gustavo Bueno. Filósofo |
«Zapatero tiene el 'pensamiento Alicia'» |
El catedrático emérito de la Universidad de Oviedo presentó su último libro, España no es un mito, dando un juicio muy crítico sobre el Estatuto de Cataluña |
Alberto Piquero / Oviedo Con el salón de actos de la ovetense librería Cervantes abarrotado, Gustavo Bueno volvió a dictar ayer lección pública en la presentación de su último ensayo, 'España no es un mito'. Repartió mandobles dialécticos e ironías a diestro y siniestro, aunque sin duda fue la izquierda la que salió peor parada. Siete preguntas y siete extensas respuestas configuran la estructura del volumen. A saber, ¿España existe?, ¿España amenazada?, ¿desde cuando existe España?, ¿España es una nación?, ¿España es una idea de la derecha o de la izquierda?, ¿existe una cultura española? Y, finalmente, ¿España es Europa? A lo largo de hora y media de exposición, fue contestando algunas de las cuestiones precedentes y otras que no estaban en el guión. En principio, «España no es un mito porque, al contrario de lo que ocurre con el héroe celta Breogán o la batalla de Arrigorriaga de la que habló Sabino Arana, que son producto de la fantasía, España posee excelencias y, sobre todo, realidad». Yendo a la definición de nación, se detuvo en «la nación biológica, la nación grupal, la nación étnica y el estado-nación republicano que acabó en Francia con el Antiguo Régimen sostenido por el trono y el altar, e hizo que la soberanía residiera en los ciudadanos» En el caso español, «se hizo una revolución original, que no mimetizó la francesa, con las Cortes de Cádiz». En ese periodo colocó «la superposición de la nación histórica y la nación política española», discrepando de aquellos que se remontan al siglo XVI. Dando un repaso a la historia de la izquierda política, diferenció la jacobina, la liberal, la anarquista, la Internacional Socialista y la social-democracia alemana, «que a pesar de optar por el gradualismo en la construcción del Estado de bienestar, dejó de ser pacífica cuando tuvo que hacerlo, como demuestra la muerte de Rosa de Luxemburgo. O la Revolución de Asturias». La 'malicia' del Estatut Pero aún agregó tres tipos de izquierda más, «la extravagante –propia de quienes no tienen su reino en este mundo, como es el ejemplo del pacifismo, al menos teórico, de la Iglesia–, la divagante –artistas e intelectuales, que se llaman creadores, lo que tiene bemoles– y la fundamentalista». Acudiendo a la actualidad que marca el Estatut, dudó si en su redacción ha habido más «ignorancia o malicia, o simplemente se ha querido mirar a otra parte, lo que sería una complicidad culpable». Y expuso la hipótesis de que «se mantendrá hibernada la idea de nación (catalana) a la espera de mejores tiempos». Al criterio político de Zapatero le aplicó el concepto de 'pensamiento Alicia', referido, a las maravillas del relato de Lewis Carroll. |
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