Proyecto Filosofía en español Hemeroteca
Interviú
nº 1298, 12 de marzo de 2001
La Jaula
página 75

«Observar la basura es mirar la realidad»
Gustavo Bueno
 

Gustavo Bueno

Profesor Gustavo Bueno, catedrático emérito de Filosofía, autor del libro «Televisión: apariencia y verdad»: «Tómbola» ha desaparecido de la programación de Telemadrid. Era un símbolo de eso que llamamos televisión basura.

— Sí, pero ahora, con la publicación del genoma humano, nos hemos enterado de que el 95 por ciento de nuestro ADN es basura.

— Pues entonces imagínese la que tendrá la televisión...

— Es nuestro reflejo. ¿Cuáles son los criterios para establecer lo que es basura y lo que no lo es? Ahí está la cuestión. Es muy difícil de establecer: hablamos de límites muy frágiles.

— ¿Usted considera «Tómbola» un producto típico de telebasura?

— Depende de muchos factores: depende del público que lo vea y de qué efectos pueda causar en ese público. Y hay algo a tener en cuenta: la basura está en todos los lados. Observar la basura es mirar la realidad.

— Hombre, visto así...

— Y observar la realidad está dentro de aquella célebre máxima de Terencio: «Nada de lo humano me es ajeno.»

— Dicen que ese tipo de programas es obsceno...

— Obsceno es lo que está puesto en escena.

— Dicen que entran a saco en la intimidad de las personas...

— La intimidad es un concepto puramente místico. La intimidad es necesaria, evidentemente, en los humanos, en los primates. Pero si a alguien no le importa perder su intimidad, toda cuestión pierde su sentido.

— Yo diría que ahora, en el siglo XXI, la intimidad ha perdido el carácter sagrado que antes tenía...

— Sí, pero también depende mucho de los niveles sociales en que se viva y de las épocas históricas. Una cosa es que te hagan radiografías, que es entrar en ti, y otra que se publiquen tus dolencias.

— Pero si no les importa que se publiquen...

— Entonces, el concepto intimidad pierde completamente su valor.

— El caso es que la intimidad se ha convertido en objeto de comercio...

— Es evidente. Pero la pregunta es: ¿hasta qué punto la política puede intervenir en esto, censurando, limitando?

— ¿Cree que lo de Telemadrid ha sido una medida política?

— Depende de lo que llamemos política. Hay que preguntarse si la política, tal como la entendemos al margen de la lucha partidista, o sea, como búsqueda del bien común, debe o no debe poner algunos límites a la libre expresión.

— ¿Debe?

— Le pondré un ejemplo: en un programa un pretendido científico ofrece explicaciones falsas sobre el genoma humano. ¿No habría que ponerle coto? Tiene que haber algún límite, y la dificultad está en establecerlo.

— Lo que no creo es que los mismos que pusieron el programa lo eliminen ahora por razones éticas o estéticas...

— Quizá. Habría que analizar muchas cosas. ¿Qué efectos ha tenido en la gente? ¿Hay alguna encuesta seria sobre eso? Si las consecuencias fueran perniciosas, el político tendría que tenerlo en cuenta.

— ¿Usted cree que «Tómbola» es pernicioso para la audiencia?

— Hombre, a mí no me ha producido el menor mal. Hay cosas peores.

— ¿Por ejemplo?

— Esos concursos que reparten millones por responder a preguntas de bachillerato. Eso sí que es basura, y además disfrazada de cultura.

Pablo Burgos

 


Fundación Gustavo Bueno
www.fgbueno.es