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La Razón Madrid, Domingo 23 de enero de 2000 |
Cultura página 29 |
«España frente a Europa» En este libro, Gustavo Bueno analiza, movido por una decidida voluntad hispánica y desde la perspectiva de la filosofía materialista de la historia, la naturaleza de la identidad de España y la estructura de su unidad. |
Gustavo Bueno: «La unidad del territorio español depende de Europa» |
Gustavo Bueno dice que los nacionalismos surgen del resentimiento |
¿Está en peligro a corto o medio plazo la unidad de España? Gustavo Bueno, catedrático de Filosofía, es tajante: «Depende de Europa. Los nacionalistas ven en la UE una vía libre al Estado libre asociado. Hay unas minorías mucho más amplias de lo que parece en el País Vasco y Cataluña que prefieren sentirse europeos antes que confesarse españoles». Autor de un concienzudo ensayo titulado «España frente a Europa» (Editorial Alba), Gustavo Bueno replantea una vez más que el problema de la unidad y la identidad de España es un asunto característico y exclusivo de nuestro país, que no tiene equivalentes, por ejemplo, ni en Francia ni Inglaterra. «El problema de España no tiene fácil solución porque no es un tema puramente geográfico o antropológico -señala Gustavo Bueno-, sino que es un problema de carácter filosófico, que yo lo reduzco a dos fórmuolas: la unidad y la identidad. Ahora está en primer plano el tema de la unidad, porque los nacionalistas niegan la existencia y la unidad de España. Pero este libro trata de mostrar hasta qué punto la identidad es más importante que la unidad». Es aquí donde Gustavo Bueno se pregunta si los españoles no estaremos más identificados con la comunidad hispánica que con la comunidad europea: «Hoy se asegura que la identidad de España es la europea, seguramente porque aluden al club del euro, que es una cosa muy distinta. Y es que hay una Europa sublime, la de la libertad, la de la vanguardia, la de ser baluarte de la ciencia y la cultura... Y también hay una Europa histórica, que comprende un conjunto de poblaciones de diferente especie que están en convivencia sostenible y en situación de alerta ante la guerra». Por eso, Gustavo Bueno echa la vista atrás y enumera tres proyectos de unión europea en el siglo XX: «Antes de la I Guerra Mundial, Lenin denunción un proyecto de estados unidos europeos con objeto de que las potencias imperialistas pudieran organizarse para explotar mejor a las colonias. Luego está el proyecto nazi de la Europa de la raza aria, que fue origen de la IIGuerra Mundial. Y el tercer gran proyecto fue invención de Estados Unidos: el Plan Marshall, del que salen todas las instituciones europeas concebidas para enfrentarse a la URSS. De aquí nace la Europa del capitalismo, que es en la que estamos, y que se confunde con la Europa sublime». El problema de España como nación es, según este catedrático de Filosofía, uno de los conceptos más ideológicos del Estado moderno: «Después de analizarlo históricamente, yo trato de diferenciar la idea de nación política, que es un concepto más moderno y que en España empieza con las Cortes de Cádiz. Antes no había nación, sólo naciones de carácter étnico que desaparecieron como tal en una entidad política. Gustavo Bueno explica que el problema de España no tiene equivalentes porque el resto de las naciones europeas no pretendieron ser imperios universales. Ésta es la razón por la que dedica una buena parte de su libro «España frente a Europa» al análisis del imperio, «un concepto muy desprestigiado». Crisis de identidad Fue cuando el imperio desaparece, según explica Gustavo Bueno, cuando surgen los nacionalismos. Dice que no son razones mercantiles ni siquiera abstractas las que hacen germinar estos fenómenos, sino que «en el nacionalismo hay un componente grande de resentimiento. El motor del nacionalismo es el resentimiento. El problema de la unidad de España aparece cuando hace crisis el problema de la identidad, aproximadamente al tiempo que aparece la crisis del 98». Lo que Bueno llama resentimientos históricos tiene mucho que ver, según él, con el idioma: «Los impulsores del nacionalismo, como dice Jon Juaristi, eran antiguos hidalgos empobrecidos que elaboraron su resentimiento afirmando que estaban por la defensa de las raíces vascas. Y ese resentimiento de paletos es lo que ha dado el nucleo sentimental de los nacionalismos que, por cierto, han sido favorecidos en el exterior. En Uruguay, donde tengo que ir en breve a dar una conferencia, me han puesto veto los tupamaros porque aquello es un santuario etarra. Yo he tenido muchos problemas por expresarme, pero lo seguiré haciendo, por temperamento y por formación». |
Fundación Gustavo Bueno www.fgbueno.es |