Gustavo Bueno
Sobre el concepto de “ensayo”
Publicado en El Padre Feijoo y su siglo, Ponencias y comunicaciones presentadas al Simposio celebrado en la Universidad de Oviedo del 28 de septiembre al 5 de octubre de 1964, Oviedo 1966, tomo 1, páginas 89-112.
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I. El «ensayo» como clase específica de obras literarias. El «ensayo» es el género literario característico de la «edad moderna». Tiene, sin duda, precedentes; pero su perfil se configura a partir del Renacimiento. El Essai de Montaigne, respecto del género «ensayo», ocuparía una posición análoga a la que corresponde a la Sociología de Comte respecto del género científico «Sociología». Montaigne se ha inspirado, sin duda, en Plutarco o en Guevara. Pero con la nueva palabra ha logrado la cristalización de un paradigma.
El «ensayista» aparece, por lo pronto, como una modalidad del escritor en prosa. La flexibilidad del nuevo género es inmensa: por la temática, por la estructura interna, por la extensión. Hay ensayos que ocupan unas páginas, como un Discurso de Feijoo; otros ensayos son «de gran tonelaje», como el de Locke. Unos ensayos tienen como tema asuntos históricos, y otros se preocupan de cuestiones metafísicas. Algunos ensayos son eminentemente expositivos, y otros, predominantemente críticos o polémicos. Podría pensarse, ante tan gran diversidad [90] de estructura y temática, que el ensayo no constituye propiamente un género literario, del mismo orden al menos que la novela, el drama, el diálogo, o la literatura científica. Acaso el «ensayo» puede participar de todo un poco y es, a lo sumo, un denominador común de algo bastante extrínseco –algo así como «prosa», «opúsculo» o «artículo».
Texto de este artículo en el Proyecto Filosofía en español
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