El nacionalismo como religión política. El caso catalán

Cualquier aproximación al fenómeno del nacionalismo moderno no puede soslayar la importancia teórica del concepto de “religiones políticas”. Forjado a comienzos del siglo veinte para dar cuenta de una paradoja precisa, una suerte de “Dialéctica de la Ilustración”, a saber: con la creciente secularización, con la separación de política y religión, la política ha terminado por convertirse en una religión.

En el interior de ese proceso la doctrina de la raza, el “misterio de la raza” (George Mosse), cumple una función primordial mostrando cuál es el último resorte de su eficacia política: el combate de la nación es el combate del pueblo elegido por Dios para la salvación de la humanidad, el signo de que la causa de la Nación es la causa de Dios.

Esta intervención rastrea el origen y desarrollo del concepto teórico de “religión política” destacando el papel constituyente que en el interior de ese concepto desempeña la doctrina de la raza, mostrando su naturaleza “metapolítica” o “teológico-política”, para indicar la necesidad de separarse definitivamente de la filosofía política dominante para esclarecer aquello que define nuestra historia política moderna: el exterminio sistemático de decenas de millones de seres humanos para la salvación de la humanidad.

Francisco Caja (1949), profesor de Estética de la Universidad de Barcelona y patrono de honor de la Fundación Denaes, ha publicado, entre otros, los libros La raza catalana. El núcleo doctrinal del catalanismo (2009) y La raza catalana. La invasión de los ultracuerpos (2013).

Foto del cartel: Los frailes de Montserrat reciben el 23 de octubre de 1940 a Heinrich Himmler, Reichsführer-SS y Comisionado del Reich para la Consolidación del Pueblo Alemán.

 
Escuela de Filosofía de Oviedo