Escuela de Filosofía de Oviedo
Iván Vélez
El Imperio español: ¿Oro y esclavos?
30 abril 2018
“Piedra imán del español”, así definió el obispo Alonso de la Mota y Escobar a principios del siglo XVII el influjo que la plata, más que el escaso oro encontrado, ejercía sobre nuestros los hombres de su tiempo. El codicioso trasfondo de la frase sigue hoy plenamente vigente para aquellos que ven en la acción hispana una simple concatenación de intereses que, sustentados en la explotación humana, cuyo rostro más desagradable lo ofrece la esclavitud de negros e indios, se limitaban a la búsqueda de metales nobles.
Tal interpretación, condensada en la fórmula “oro y esclavos”, desdibuja la clasificación que Gustavo Bueno estableció entre imperios depredadores e imperios generadores, permite incorporar al Imperio español en el grupo depredador, borrando sus especificidades y homologándolo con la metodología desplegada por otros imperios como el inglés o el holandés, que no se cuestionaron en modo alguno el papel que los hombres de América podían jugar en un mundo ampliado o, por mejor decir, globalizado, gracias a empresas marítimas españolas.
Bajo el título “El Imperio español: ¿Oro y esclavos?”, trataremos de exponer las razones por las cuales el español fue, pese a los vanos intentos de cierto número de ideólogos, un imperio generador que integró y transformó a aquellas sociedades con las que trabó contacto en su expansión.
«Iván Vélez: “Hernán Cortés quiso implantar en el Imperio un sistema neofeudal”. El autor del libro Sobre la leyenda negra analizó ayer en profundidad el Imperio español de finales del siglo XV y del XVI para arrojar luz sobre un tramo de la historia de España que, a su juicio, ha sido reducido injustamente a un periodo marcado por la minas y los esclavos. El arquitecto conquense, recientemente nombrado director de la Fundación para la Defensa de la Nación Española, Denaes, pronunció ayer la conferencia "El Imperio español: ¿Oro y esclavos?" en la Fundación Gustavo Bueno como parte del ciclo de charlas de la Escuela de Filosofía de Oviedo. Vélez ilustró su conferencia con dos tipos de imágenes. Por un lado, minas explotadas en distintos momentos de la historia para usar los materiales como moneda de cambio, artilugios o joyas, Y por otro, diversos tipos de esclavos. Mostró las minas de cuenca en las que se llegó a extraer piedra espejuelo, y fotografías o dibujos de esclavos mexicas, siervos romanos e incluso niños trabajadores de la "Inglatera capitalista". Además, el director de Denaes trató de desmitificar la imagen del cacique de la época usando la figura de Nicolás de San Luis Montáñez. Guerrero descendiente de los reyes toltecas y pariente cercano de Moctezuma II, se convirtió en cacique "en cuanto se incorporó al orbe hispano". Así, para Vélez, "el oro era la piedra que imantaba a los españoles al Nuevo Mundo". El ponente fue especialmente crítico con el sector que contempla el Imperio español desde el prisma de la leyenda negra. Entre otros, José Luis Villacañas. "Los críticos y estudiosos del hecho hispánico tienden a afirmar que el Imperio español en cierto modo fue fallido", comentó Vélez, para quien ese tipo de opiniones saltaron a la palestra y se hicieron más relevantes hace más o menos veinte años cuando se celebró en Oviedo un congreso sobre hispanismo y Gustavo Bueno Martínez presentó el libro "España frente a Europa". Sobre el descubrimiento de América y la forma en la que Cristóbal Colón trató a la población, no dudó en declarar que el navegante "intentó esclavizar a los indígenas con un método genovés". "No tengo la partida de nacimiento de Colón, pero su proceder era genovés", matizó. El conquistador Hernán Cortés también centró gran parte de la ponencia. Según el expero en el Nuevo Mundo, "quiso implantar en el Imperio un sistema neofeudal distinto del sistema esclavista porque era plenamente consciente de los abusos que se habían cometido a sus espaldas". A su modo de ver, los esclavos que por aquel entonces se rebelaban contra el Imperio español no eran simplemente indígenas, eran súbitos del Imperio. "Cortés mandó marcar en la cara con un hierro ardiendo a los esclavos que se habían rebelado. Les marcó un letra 'g' como la inicial de la palabra 'guerra'", explicó Vélez, para quien este conquistador español mostró una gran sutileza dialéctica al sustituir la palabra encomienda por depósito y hablar de señores y naturales, en lugar de referirse a indios. La Fundación Gustavo Bueno en colaboración con el Centro Riojano de Madrid promueve el 9 de mayo la conferencia "El mito de la Cultura. En torno a la obra homónima de Gustavo Bueno", a las siete de la tarde en el Centro Riojano de Madrid, como parte del ciclo "Diálogos Filosóficos en Madrid". Rufino Salguero presentará y moderará el acto.» (Elena Vélez, La Nueva España, Oviedo, 1º mayo 2018.)