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Ateísmo

Gustavo Bueno trata del ateísmo.


Gustavo Bueno, Ateísmo

Tesela nº 63 (Oviedo, 17 de noviembre de 2010)

Transcripción GTGB ⋅ t063
Ateísmo
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Vamos a hablar hoy, a petición del público, del laicismo y del ateísmo. Empezamos por el ateísmo y en la tesela siguiente hablaremos del laicismo.

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Lo primero que puede decirse –creo yo– del ateísmo, es que es un concepto que no es unívoco, aunque se utiliza muchas veces como si lo fuera, sino que tiene sentidos diferentes, y contrapuestos entre sí. Entre estos sentidos diferentes distinguimos primero lo que venimos llamando a veces ateísmo ontológico, es decir, ateísmo que tiene un alcance de carácter ontológico general. Y ateísmo óntico, que se refiere a entidades que ya no son ontológico generales sino particulares. Como es evidente, ateísmo, como todo el mundo sabe, por la estructura de la palabra (la alfa negativa), es la negación de Dios. Por tanto, según el Dios que se niega, así, también, el ateísmo.

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El ateísmo que llamamos ontológico es la negación del Dios único, omnipotente, del Dios creador del Universo en las religiones monoteístas cristianas, judías, &c. Y ese ateísmo es distinto del ateísmo que consiste en la negación de dioses ónticos como puedan serlo los dioses olímpicos, Zeus (cualquier dios de los dioses olímpicos), Venus, &c. Y este ateísmo, óntico, no tiene nada que ver con el otro. Incluso se atribuye a Sócrates, aquello de que Sócrates era un ateo (“Sócrates, ese ateo que solamente cree en un solo Dios”). ¿Por qué? Porque el poner en duda o el negar los dioses olímpicos, para el que cree en esos dioses olímpicos y está organizado en torno a ellos, pues, eso es ser ateo. Es más, los cristianos primitivos, tipo San Justino o Atenágoras, decían y reconocían que eran considerados ateos por los griegos y perseguidos por delitos de asebeia, precisamente porque ponían en cuestión a Júpiter o a Zeus, o a lo que fuera. Mientras que ellos dicen, somos considerados ateos, y lo somos -dice San Justino, y luego repite Atenágoras y otros muchos-. Y somos ateos en este sentido, pero no somos ateos con respecto al Dios verdaderísimo, &c. Es decir, que la distinción entre ateos ontológicos y ónticos, como vemos, no es simplemente una distinción puramente escolástica, académica, sino que ha sido…, y tiene una presencia real. Y entonces, esta distinción es fundamental para hablar de ateísmo.

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Otra distinción importante del ateísmo, que se puede incluso considerar, si se quiere, como una subdivisión del ateísmo ontológico, es el ateísmo total y el parcial. Es decir, el ateísmo total es el que niega no solamente a Dios sino a todas las partes que se consideran del constitutivo formal de Dios. Por ejemplo, el ateísmo total niega a Dios todas las características, las propiedades constitutivas, como puedan ser (para simplificar), la omnipotencia y la omnisciencia. Dios no es ni omnipotente ni omnisciente. A lo mejor es una entidad única, ontológica, creadora, pero no es ni omnisciente ni omnipotente; el Dios de Aristóteles, por ejemplo, que, naturalmente, no era omnisciente porque ni siquiera conocía al mundo, ni era omnipotente porque no intervenía en él. Simplemente movía al mundo como Primer motor pero sin haberlo creado y sin conocerlo, porque no se desdeñaba a semejantes vulgaridades -conocer al mundo- harto tenía con pensar en sí mismo. Y entonces, el ateísmo parcial es el que admite a Dios, incluso un Dios creador, pero le niega la omnipotencia, por ejemplo. Esto se ha hecho últimamente con frecuencia sobre todo a propósito del Holocausto, del famoso holocausto de los nazis, donde fueron asesinados y quemados varios millones, seis o siete millones de judíos y otros. Pues, los teólogos judíos principalmente, algunos de ellos, plantearon dudas acerca de si Dios podía ser omnipotente. Es decir, porque si Dios sabía lo que iba a ocurrir, si sabía que iban a morir tantos millones de judíos, entonces no se concibe que Dios no lo hubiera prohibido o interceptado. Si Dios no salió al paso de esta posibilidad de los nazis, entonces es que no era omnipotente. De manera que entonces se admite a Dios pero no como omnipotente. Esto sería una forma de ateísmo parcial.

5 ❦ 05:23

Ahora bien, otra distinción entre el ateísmo, que consideramos importantísima y que hemos expuesto en otras ocasiones, es la diferencia entre el ateísmo existencial y el ateísmo esencial.{1} El ateísmo existencial es el que niega la existencia de Dios, pero no la idea de Dios. La idea de Dios se da por supuesta, claro, está en todos los textos y en boca de tantas gentes, durante siglos. Pero se niega que esa idea exista, que tenga existencia. Y esto es lo que llamamos ateísmo existencial y es lo que ordinariamente se considera como ateo. Ateo es el que dice que no hay Dios. En el famoso argumento ontológico, el insensato es el que dice que Dios no existe.{2}

6 ❦ 06:16

Pero hay otra forma de ateísmo que llamamos esencial, porque aquí no se niega la existencia de Dios sino que se niega la esencia de Dios. Es decir, prácticamente se niega la propia idea de Dios. Y hasta el punto de que no establecer esta distinción puede conducir a una gran ambigüedad, porque cuando se dice Dios no puede demostrarse, pero tampoco puede demostrarse que no exista, un argumento utilizado continuamente (Dios no puede demostrarse que no exista). Pero, ¿por qué se puede decir esto? Pues porque al admitir la esencia de Dios, se admite la esencia como una posibilidad, pues como puede hablarse de la existencia de una bolsa de petróleo en un valle determinado. Ahí puede haber una bolsa de petróleo, pero luego no la hay. Se trata de ver si ese Dios existe o no existe como cuestión de hecho. Ahora bien, en el caso de Dios la cuestión es totalmente distinta, porque generalmente se dice (y me ciño a los teólogos) que la existencia de Dios pertenece a su esencia. Es decir, que Dios no podría ser concebido si no fuera concebido de un modo existente. Por tanto, quien niega a Dios la esencia también le niega la existencia, según el argumento ontológico. Y entonces, negar la esencia de Dios viene a equivaler, prácticamente, a negar que la idea de Dios sea una Idea, que es lo que más o menos proponían o consideraban necesario Descartes, o Leibniz, &c., para proceder a la idea de la existencia de Dios. Hace falta demostrar, decía Leibniz, primero que Dios es posible, y una vez que es posible Dios, es decir, que la idea de Dios no es contradictoria, entonces se puede pasar a demostrar la existencia de Dios por el argumento ontológico, por ejemplo.

7 ❦ 08:13

El ateísmo esencial niega la esencia de Dios pues un poco a la manera como se niega, a priori, la existencia del decaedro regular. Un decaedro regular es un poliedro que se dice en diez palabras, pero que, sin embargo, es incompatible con las leyes de Euler. Es decir, es imposible que existan decaedros regulares. Pues también la idea de Dios sería contradictoria, porque contiene una serie de propiedades o de atributos que son contradictorios entre sí. Por ejemplo, Dios no puede estar en ningún lado, entonces existir parece que requiere estar en algún lado frente a otros; Dios tiene que ser infinito; es consciente pero no tiene ningún objeto fuera que pensar.

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Es decir, la Idea de Dios, sencillamente, sería el resultado de la acumulación de una serie de ideas confusas, de imágenes confusas (como Padre, Pastor, Arquitecto, &c.), que estarían totalmente confundidas y, por tanto, Dios no es una Idea. Entonces, negar a Dios, en el sentido del ateísmo esencial, es negar que hay una Idea de Dios que pueda ser el sujeto, por lo menos gramatical, de “Dios existe”.

Final ❦ 09:34

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{1} Vid., Gustavo Bueno, “Las variedades de la fe y las variedades del ateísmo”, La fe del ateo, Temas de Hoy, Madrid 2007, págs. 9-34.

{2} Para un análisis del argumento ontológico véase: Gustavo Bueno, El animal divino (1985), segunda edición (corregida y aumentada), Pentalfa, Oviedo 1996, págs. 158-186 y Escolio 11, págs. 387-393.

GTGB

Laicismo (Tesela 62)

• Gustavo Bueno, La fe del ateo · 2007

• Gustavo Bueno, Sobre la verdad de las religiones y asuntos involucrados · 2005

• Gustavo Bueno, Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religión · 1989

• Gustavo Bueno, El animal divino. Ensayo de una filosofía materialista de la religión · 1985, 1996

Antignosticismo filosófico-teológico: escepticismo y ateísmo (Diccionario filosófico)